viernes, 5 de septiembre de 2008

XXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

LA CORRECCION EL PERDON Y LA RECONCILIACION
El evangelio de este domingo trata del pecado, de la corrección, del perdón y de la reconciliación. El pecado, la ofensa, se da en nuestras comunidades. Somos seres imperfectos y por eso debemos estar atentos para no caer en el egoísmo, el pecado, de creernos que somos el centro de la vida y que todo se nos debe. Cuando el ser humano se deja llevar de ese egoísmo, la persona trata de alterar el orden de la creación y tratamos de quitar a Dios de su puesto y el hermano deja de ser hermano para convertirlo en esclavo. El capítulo 18 de San Mateo contiene el llamado “discurso eclesial” pues en él encontramos esos dichos y enseñanzas del Señor para que la comunidad viva en paz y armonía. Comienza con una advertencia en contra de la ambición, el deseo de ser el primero. Continúa con una admonición muy severa en contra del escándalo. En tercer lugar nos habla de la necesidad de afirmar al hermano y no despreciarle, y si el hermano/a se ha perdido, que no nos olvidemos a la oveja perdida. Como humanos nos cuesta mucho aceptar de otros la corrección fraterna, nos cuesta mucho que otros nos evalúen; y es lógico que a veces nos sintamos acosados ante esto, pero tenemos que ver que los que nos corrigen lo hacen para que seamos mejor hombres y mujeres, buscan ayudarnos a crecer, a salir, a caminar, a ver más claro donde quizás no vemos tan claro y nos cuesta hacerlo, esto implica aceptar que otro desgarre nuestro odio, nuestro egoísmo, o incluso nuestro rencor, debemos aprender siempre lo más positivo de todo esto y dentro de todo esto cabe mencionar que el Perdón es uno de los elementos que nos cuesta.
Nos cuesta mucho perdonar y romper el vinculo vicioso del odio y la venganza ¿Sera el perdón una actitud de gente ingenua? Hay momentos en los cuales aun con la mejor voluntad y disposición uno exclama: Esto es demasiado; ya estoy harto. ¿Es que tengo que ser tonto para ser bueno? Y nos tienta a hacer una demostración de fuerza ante el insulto, la calumnia, el atropello y la desconsideración. Lo más normal y común es vengarse cuando se tenga la primera oportunidad y así experimentar ese corrosivo placer que según nosotros nos hace parecer valientes, cuando en la realidad nos hace ver más débiles. Gracias al ejemplo de Cristo, perdonar es posible para los cristianos. Como parte, el practico lo que nos enseño y mando. Estando Jesús en la cruz, víctima del odio mortal de sus enemigos, nos dio la más grande prenda de amor, Perdono a los que lo crucificaba. Danos Señor fortaleza para perdonar a los que nos ofenden.

LA CONFESION UN GRAN REGALO DE DIOS

¿Para qué confesarse con un Sacerdote?
¿No basta pedir perdón a Dios?

El Sacramento de la Confesión es el medio que Dios ha establecido para que regresemos a El si hemos pecado gravemente. Y los Sacerdotes tienen el poder y la autoridad para administrar el perdón de Dios, pues Jesús dijo a sus Apóstoles -y a sus sucesores, los Obispos, cuyos colaboradores instituidos también con ese poder, son los Sacerdotes: “‘Así como el Padre me envió a Mí, así Yo los envío a ustedes’. Dicho esto sopló sobre ellos. ‘Reciban el Espíritu Santo; a quienes perdonen los pecados les serán perdonados, y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar’” (Jn. 20, 21-23).Según estas instrucciones del Señor, los Sacerdotes están constituidos en administradores del perdón de Dios con la asistencia directa del Espíritu Santo. Deberán, por tanto, impartir dicho perdón cuando así lo juzguen adecuado, que es en la grandísima mayoría de los casos, y abstenerse de perdonar cuando el caso lo amerite, lo cual se da muy raramente.
Ahora bien, para cumplir esta labor de perdón, los Sacerdotes necesariamente tienen que estar informados sobre la situación de cada pecador. ¿Y de qué manera pueden informarse sobre los pecados de cada persona si no es escuchando a cada uno?
La confesión de los pecados no es un invento de la Iglesia, sino que era una costumbre que existía inclusive antes de Cristo. Veamos varios testimonios que aparecen en la Biblia al respecto:
En tiempos de Moisés: “Yahvé dijo a Moisés: ‘Dí a los hijos de Israel: el hombre o mujer que cometa algún pecado en perjuicio de otro, ofendiendo a Yahvé, será reo de delito. Confesará el pecado cometido y restituirá enteramente el daño”. (Núm. 5, 6-7)
En tiempos de los Reyes: “El que oculta sus pecados no prosperará; el que los confiesa y se aparta de ellos, alcanzará el perdón” (Prov. 28, 13).
En tiempos de San Juan Bautista: “Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán” (Mt. 3, 6).
Después de Cristo, al comienzo de la Iglesia: “Muchos de los que habían creído venían a confesar y revelar todo lo que habían hecho” (He. 19, 18).
Vemos, pues, que la confesión existía ya antes de Cristo. El confirmó esa saludable práctica y le dio una eficacia especial, elevándola a la condición de Sacramento.
Cuando cometemos una falta grave, perdemos la Gracia Santificante, que es la vida de Dios en nosotros. Por eso las faltas graves se llaman “pecados mortales”, porque nos separan de la vida en Dios.
Al estar en esta situación de pecado grave, si nos arrepentimos, estamos entonces, camino a la casa del Padre nuevamente. Si hemos tenido una “contrición perfecta”; es decir, si hemos optado por Dios, prefiriéndolo y amándolo por encima de cualquier otra cosa, y llegáramos a morir en ese preciso momento, sin haber tenido tiempo de confesarnos, nuestros pecados estarían perdonados. Pero, de no haber muerto, aunque hayamos tenido un arrepentimiento perfecto, tenemos la obligación de confesar nuestros pecados a un Sacerdote, en cuanto nos sea posible. Así lo desea Dios.
¿Por qué? Porque, Dios ha instituido el Sacramento de la Confesión, para que nuestros pecados sean perdonados. Sin embargo, no siempre tenemos una “contrición perfecta”. Más frecuente es la contrición imperfecta, llamada también “atrición”, la cual se basa en el temor a la condenación eterna, consecuencia del pecado. Es bueno saber que este tipo de arrepentimiento imperfecto es suficiente para obtener el perdón en el Sacramento de la Confesión.

viernes, 29 de agosto de 2008

DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO

RENUNCIA A TI MISMO Y SIGUELE
En el evangelio de la semana pasada veíamos a un Pedro, que acertó con humildad y sencillez a la pregunta que Jesús le hace, y por la claridad y veracidad de su respuesta el maestro le entrega el gobierno de lo que será hasta el día de hoy la Iglesia, un cargo que viéndolo con detenimiento no fue nada fácil. Sin embargo, creo que Pedro sintió que su posición era tan importante que atrevió a hasta hacer sugerencias al mismo maestro. Jesús les anuncia que tiene que ir a Jerusalén para padecer su pasión, y les explica todo los sufrimientos que tiene que pasar, elementos que ellos no entienden. Cuando veo a Pedro recriminando a Jesús para que no vaya a Jerusalén, me pongo a pensar que quizás yo hubiera hecho lo mismo por detenerlo, quizás el apóstol actúa mas con el sentimiento que con la razón, es precisamente lo que a muchos nos pasa, vemos el evangelio y al mismo Jesucristo mas con un sentimentalismo vacio que con una fe profunda y sementada, en su proyecto de amor para todos y cada uno de nosotros, y en muchos casos por actuar de esa forma nos volvemos en piedras de tropiezo para los otros, Jesús es claro con Pedro, cuando este trata de disuadirlo en su mensaje, “apártate de mi Satanás, tú piensas como los hombres no como Dios” son palabras duras e hirientes, pero con una verdad clara, porque cuando nos volvemos opresores u opositores de la verdad, del bien común, del crecimiento de los otros, nos convertimos en emisarios de Satanás, o sea que no solo Pedro comete este error también nosotros lo hacemos cuando con las acciones antes mencionadas y muchas otras mas nos oponemos al proyecto de Dios. Viendo Jesus, que Pedro no estaba interesado en la cruz, ni en el sufrimiento, y que desde cierto modo trababa de esquivarlo quizás en este momento, les dice “ El que quiera venirse en pos de mi, que tome su cruz y me siga…” con esto nos quiere decir que la cruz es un requisito fundamental para seguirle, si ella no podemos crecer ni entender que significa ser cristiano, ni que signifia buscar la santidad, todos en la sociedad y el mundo tenemos una cruz, diferente, totalmente diferente, solo que aquellos que no han entendido su significado viven atormentados y deprimidos a causa del peso y el dolor de esta, o, viven enojados y renegando cuando la llevan, el cristiano que a entendido el significado de la cruz, no la lleva solo, pide ayuda a Dios para poder cargarla, para poder aceptarla y abrazarla, la verdadera cruz es todo esfuerzo que cada uno acepta o se impone para ser fiel a la voluntad de Dios, y esto se hace por amor no por interés u otras razones ajenas a este amor. Porque “de que le sirve al hombre ganar el mundo si arruina su vida” hemos nacido para vivir y ser felices, y solo ganando y manteniendo nuestra fidelidad en Jesús vamos a entender el significado de la cruz.

viernes, 22 de agosto de 2008

XXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

QUIEN ES JESUS PARA TI
El evangelio de este domingo es una pregunta de amistad y confianza de parte de Jesús para con sus apóstoles, ciertamente no es fácil responderla, porque implica arriesgarse y quizás equivocarse al dar la respuesta. Ante la pregunta “quien dice la gente que es el hijo del hombre” los apóstoles no dudan en transmitir al maestro lo que los demás dicen de él; es fácil repetir lo que los otros dicen o hacen, o dejarse llevar fácilmente por las ideas de los demás, a veces los otros dan una respuesta u opinión barnizada de lo que piensan o entienden. Ante este evangelio quisiera que nos cuestionáramos nosotros mismos, si es que estamos tomando los criterios de los otros a cerca de Jesús o si ya hemos hecho nuestra propio análisis de quien es él en nuestra vida, todos tienen una experiencia totalmente diferente de él, imagínese, unos decían que eres un profeta, otros que Elías o Jeremías, o Juan el Bautista… ni una de las respuestas es la correcta. Hasta que viéndoles a los ojos les pregunta, “y ustedes quien dicen que Soy yo” A nosotros también nos pregunta viéndonos a los ojos, como lo hace con los doce, quien soy yo para ti, que parte tengo yo en tu existencia, en tu vida, en hogar, en tu matrimonio, en tu vocación misma; que parte tiene el Maestro en todos tus quehaceres cotidianos, interesante cuestionamiento verdad, no es fácil responder; preguntarnos de manera seria y consiente que es Jesús para nosotros. Ha de ser una pregunta dirigida a nuestra propia intimidad y contestada también en comunión, en la deseada "común-unión" en la que deberíamos vivir todos los cristianos. Pero ocurre que, a veces, no nos hacemos esa pregunta por miedo a encontrar respuesta. Sí, por temor a encontrar una contestación que cambie nuestra vida. Es posible que vivamos "adecuadamente" con nuestro "cristianismo de salón", que no sale más allá de unas cuantas prácticas religiosas o de la asistencia a alguna misa dominical. Y no es eso. Si nosotros --cada uno de nosotros--, como Pedro, expresamos en nuestro interior que Jesús es el Mesías esa impronta saldrá fuera y nos hará confesar por calles y plazas que él es el Cristo. Jesús le dice a Pedro que tal sabiduría se la ha inspirado su Padre que está en el Cielo. Todos estamos llamados a responder con fuerza y valentía que él es el Mesías, y a testificar con nuestra vida esa respuesta

viernes, 15 de agosto de 2008

XX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

“Ten compasión de mi Señor”
Jesús se acerca a la región de Tiro y Sidón, situada al noroeste de Galilea, región habitada por paganos a los que les llamaban cananeos, pueblo que ya había desaparecido, pero por sus semejanzas en el comportamiento así los denominaban. Una mujer cananea, madre por más detalle, viene hacia el grupo gritando: “Ten piedad de mí, Señor, Hijo de David”. Y sin perder la respiración informa a Jesús de la razón de sus gritos.En ninguna parte del santo evangelio Jesús trata mal a las mujeres, o les insulta o desprecia, como otros muchos hacían. En este caso, sin embargo, vemos algo que nos puede parecer como un desprecio: Jesús no le respondió nada, y los discípulos que no ven más allá de sus narices, insisten en que la atienda para deshacerse de ella y se sienten avergonzados por toda la atención y alboroto que ella está creando. Jesús, lleno de paciencia como siempre, les informa que su misión, como les había indicado a ellos anteriormente es hacia el pueblo elegido. La mujer, que es madre, insiste y Jesús le da una razón de su actitud: el pan es para los hijos, no para los perrillos (otro nombre para los que no pertenecían al pueblo de Dios). La mujer, madre vuelvo a repetir, podríamos decir que da una lección al mismo Maestro: Sí, tienes razón, pero también los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. Y aquí Jesús ya no le quedan argumentos ni palabras excepto: ¡Mujer, qué grande es tu fe! Que te suceda lo que pides. Porque los seres humanos tenemos que ver solo las partes negativas de nuestras experiencias, quizás muchos de los que se encontraban con Jesús no estuvieron de acuerdo con que curase a la hija de esta mujer pagana, el objetivo de Jesús no es humillarla como lo dije anteriormente sino recalcar dos objetivos importantes.


El primero, la fe de esa madre ante el sufrimiento de su hija, en la fe de esta mujer cananea se ve una fe y oración profundamente unidas, es decir, de fe suplicante, que sale al encuentro del señor, una fe dinámica orientada a la liberación del prójimo, en este caso su hija, ella se ve movida ante el dolor ajeno; cuando hay alguien que está en necesidad debemos hacer lo que esté de nuestras manos para ayudar en dicha situación. El hambre, la enfermedad, el sufrimiento no lo podemos calificar como católico, protestante, evangélico, latino, africano o asiático. Todo lo dicho puede afectar y lo hace a miembros de toda raza y credo, y lo que cuenta es el/la hermano/a que lo sufre y así lo primero que debemos ver es el ser humano, uno como nosotros, sin mirar a esas otras cosas que nos separan, y verlo y enfocarlo desde la fe. Fe y oración suplicante y agradecida deben de ir unidas a nuestra vida, ya que son ellas expresión de la vida Cristiana, y mutuamente se potencian con el ejercicio personal y comunitario de las mismas.

El Segundo elemento de la liturgia de este domingo es que la salvación es para todos, judíos y no judíos. Las respuestas de Jesús a la mujer cananea parecieran indicar lo contrario. Lo cierto es que Dios eligió al pueblo de Israel para asignarle un papel primordial en la historia de la salvación. Los israelitas serían los primeros en recibir el llamado a la salvación. Pero luego la salvación se extendería a todo pueblo, raza y nación. La elección de Israel no significa, entonces, el rechazo a otros pueblos. La salvacion es para todos, todos estamos llamados a heredar el cielo, esta herencia no se basa en sangre o raza, nacion o cultura, sexo o situacion social, sino que la unica condicion requerida y que no resulta discriminatoria, es la fe en Cristo Salvador. Muchas personas se creen superiores segun ellos por su camino de fe recorrido, o por los años que tienen dentro de la Iglesia, esos no son requisitos fundamentales para heredar el reino de los cielos, lo principal es asimilar en nuestra vida el Evangelio. Alguien me dijo el otro dia, que los hispanos y otras culturas estabamos destruyendo la iglesia norteamericana, mi respuesta es, y quien dice que la Iglesia es de ustedes, o de una sola cultura o raza, o color o nacionalidad, es de todos, porque como dice San Pablo, tenemos, Un solo señor, una sola fe, un solo Dios y Padre…. Ese es el gran reto y compromiso, entrar todos en una misma fe y amor a Dios.

lunes, 11 de agosto de 2008

15 DE AGOSTO

SOLEMNIDAD DE LA ASUNCION DE VIRGEN MARIA
La Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos. Este día, recordamos que María es una obra maravillosa de Dios. Concebida sin pecado original, el cuerpo de María estuvo siempre libre de pecado. Era totalmente pura. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado.
También, tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre María y cómo ella supo responder a éstas. Ella alcanzó la Gloria de Dios por la vivencia de las virtudes. Se coronó con estas virtudes. La maternidad divina de María fue el mayor milagro y la fuente de su grandeza, pero Dios no coronó a María por su sola la maternidad, sino por sus virtudes: su caridad, su humildad, su pureza, su paciencia, su mansedumbre, su perfecto homenaje de adoración, amor, alabanza y agradecimiento. María cumplió perfectamente con la voluntad de Dios en su vida y eso es lo que la llevó a llegar a la gloria de Dios. En la Tierra todos queremos llegar a Dios y en esto trabajamos todos los días. Esta es nuestra esperanza. María ya ha alcanzado esto. Lo que ella ha alcanzado nos anima a nosotros. Lo que ella posee nos sirve de esperanza. María tuvo una enorme confianza en Dios y su corazón lo tenía lleno de Dios. Ella es nuestra Madre del Cielo y está dispuesta a ayudarnos en todo lo que le pidamos.

DESDE CUANDO SE CELEBRA ESTE DOGMA
El Papa Pío XII definió como dogma de fe la Asunción de María al Cielo en cuerpo y alma el 1 de noviembre de 1950. La fiesta de la Asunción es “la fiesta de María”, la más solemne de las fiestas que la Iglesia celebra en su honor. Este día festejamos todos los misterios de su vida. Es la celebración de su grandeza, de todos sus privilegios y virtudes, que también se celebran por separado en otras fechas.Este día tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre, María. ¡Qué bien supo Ella corresponder a éstas! Por eso, por su vivencia de las virtudes, Ella alcanzó la gloria de Dios: se coronó por estas virtudes.La maternidad divina de María fue el mayor milagro en su vida y la fuente de su grandeza. Pero Dios no la coronó por su maternidad, sino por sus virtudes: su caridad, su humildad, su pureza, su paciencia, su mansedumbre y su perfecto homenaje de adoración, amor, alabanza y agradecimiento a Dios. María es una obra maravillosa de Dios: mujer sencilla y humilde, concebida sin pecado original y, por tanto, creatura purísima. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado de Dios. En la Tierra todos queremos llegar a Dios y por este fin trabajamos todos los días, ya que ésa es nuestra esperanza. María ya lo ha alcanzado. Lo que ella ya posee nos anima a nosotros a alcanzarlo también. María tuvo una enorme confianza en Dios, su corazón lo tenía lleno de Dios. Vivió con una inmensa paz porque vivía en Dios, porque cumplió a la perfección con la voluntad de Dios durante toda su vida. Y esto es lo que la llevó a gozar en la gloria de Dios. Desde su Asunción al Cielo, Ella es nuestra Madre del Cielo.

viernes, 8 de agosto de 2008

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO

ANIMO, SOY YO, NO TENGAN MIEDO.
El evangelio de este domingo es una continuación del evangelio que leímos la semana pasada, Jesús continua su obra de amor en medio del pueblo de Israel, El, ha dado de comer a una gran multitud que le seguía, luego de esta multiplicación de panes y pescados, insta a que sus discípulos se embarquen y se adelanten a la otra orilla del lago de Genezaret o mar de Galilea como se le conocía así, por ser tan grande. Mientras tanto él se retira a un lugar a parte a orar, siempre me ha parecido impresionante la amistad que Jesús tenía con su Padre, una amistad de amor de hijo, donde el dialogar con su padre es más importante incluso que sus mismos discípulos, a eso le llamamos oración, oración confiada; Jesús antes de cualquier cosa, dedicaba su tiempo a estar con su padre; si los seres humanos tuviéramos un trato cercano con Dios venceríamos muchas barreras en nuestra vida.
Nos cuenta el evangelio que bien entrada la noche, cuando la barca iba muy lejos de tierra, ya en el centro del mar, la barca se comienza a agitar por un viento huracanado, por una tormenta, estaba siendo agitada por una tempestad desconcertante que casi la hunde; este pasaje lo compara con nuestra vida cotidiana, navegamos por este mundo y sin darnos cuenta distraídos nos adentramos en el, por el dialogo y el ruido ensordecedor, nos olvidamos del maestro, seguramente los apóstoles se olvidaron de Jesús y se acomodaron en la barca, somos iguales, cuando llevamos una vida muy cómoda nos olvidamos de Dios rotundamente, entonces sobrevienen las tempestades y las grandes tormentas, y cuando estas llegan nos asustamos, tenemos miedo y nos sentimos solos, cuando de repente se presenta en medio de las tormentas una silueta desconocida, - quien dice que en medio de las tormentas no está Dios para auxiliarnos, quien a dicho que Jesús no camina en medio de la tempestad a auxiliarnos, - el problema es que cuando se presenta lo confundimos con un fantasmas, y como lo vemos como un fantasma le tememos, y en vez de acercarnos y preguntarle, quien eres, que es esa silueta que parece un fantasma, nos quedamos con nuestros propios juicios, y decimos, es un fantasma y luego remamos más adentro de la tormenta, y posiblemente perecemos; los apóstoles gritan de miedo, pero tienen confianza, saben escuchar las palabras que Jesús les dice, reconocen su voz, creen ver un fantasma, dudan, pero reconocen un poco su voz, Jesús les habla con serenidad, les dice “Animo, soy yo, no tengan miedo” Animo, no te hundas, animo no vaciles en este momento no estás solo, animo que la tormenta va a pasar, animo que ya amanecerá, animo que las lagrimas de la tempestad se secaran, animo los problemas no son eternos. Pero Pedro interrumpe el comentario y añade “Señor, si eres tu mándame ir hacia ti caminando sobre las aguas” Jesús le contesta con serenidad “Ven” Pedro cuestiona al maestro y él lo entiendo, pero Pedro tiene más miedo que confianza, porque ve más la oscuridad que a Jesús, se fija mas en el viento que sopla que en El, todos los seres humanos somos iguales, nos fijamos más en la tormenta que vivimos que en el maestro que nos grita Animo!!! Tu puedes hacerlo, que increpa a caminar sobre la tormenta, que nos increpa a vencer la tempestad, cuando siente que se esta hundiendo, le grita con pánico ¡Señor Sálvame!, me imagino que Jesús riéndose le dice ¡Qué poca fe!, y extendiendo la mano lo agarró y le dijo ¿Por qué has dudado? Que similares somos a Pedro con la poca fe, pero que di
ferentes a él para pedir auxilio al maestro, que diferentes a él, porque muchas veces no le hablamos al maestro, a veces ni siquiera le volvemos a ver para darle nuestra mano para que la tome, no tenemos fe, nos falta fe, sin embargo después que nos salva nos pregunta también ¿Por qué has dudado? Y como Pedro nos quedamos callados ante el milagro… cuantas veces nos ha preguntado ¿Por qué has dudado? Y aun hasta el día de hoy continuamos dudando de su misericordia y ayuda continua, y al final lo toma de la mano y suben juntos a la barca y dice el Evangelio que el viento y la tempestad amaino, se termino, y es que es lógico, cuando Jesús sube a la barca de nuestra vida, todo viento huracanado, tempestad o miedo desaparece. Porque no tomamos la mano del maestro y lo subimos a nuestra barca, en vez de dudar de su amor. Pero esa es nuestra decisión.

lunes, 21 de julio de 2008

El Himno de la Jornada Mundial de la Juventud 2008, Sidney Australia



Fuimos llamados por el Espiritu Santo Para ser testigos de la Verdad.

Y FUIMOS LLAMADOS POR EL ESPIRITU SANTO PARA SER TESTIGOS DE LA VERDAD.

El jueves 10 de Julio, partimos hacia Sidney Australia, para participara de la Jornada Mundial de la Juventud, mas de docientos jovenes de la diocesis de Arlington, veniamos llenos de ilusiones y esperanzas, llenos de interrogantes de como seria lo que nos esperaria al llegar a la tierra de los Canguros, fue un largo camino, desde los angeles hasta Sidney fueron exactamente 14 horas en avion. Llegamos cansados, pero felices de estar cerca de tan esperado evento.
El lema de esta jornada fue "Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos" (Hch 1,8) y de verdad que fue el espiritu quien nos reunio al rededor de Pedro, el pescador, representado en el Santo Padre Benedicto XVI. Desde el dia sabado doce comenzamos a inundar las calles de Sidney, y poco a poco se comenzo a convertir toda la ciudad en una gran fiesta espiritual, jovenes de todo el mundo comenzamos a llegar, de todos colores, y continentes hablando diferentes lenguas, vestidos algunos de diferentes formas, y atuendos, cantando, bailando, rezando, fue una fiesta del Espiritu, sin que el mundo se diera cuenta, le comenzamos a decir poco a poco, la Iglesia sigue viva, la Iglesia es joven, nosotros somos la esperanza de esta iglesia que muchos quieren desgarrar con su odio, su rencor, su ira, sus guerras, estamos aqui para ser testigos de que con nuestra inquietude, nuestros sueños queremos cambiar muchas cosas que para muchos no tienen solucion.

Fue impresionante ver los rostros atonitos y desconsertados de muchas personas por las calles, (que quizas ni creen en Jesus) cuando sin miedo pasabamos, cantando, y rezando y algunos hasta bailando de alegria, quizas se preguntaban que pasa, porque lo hacen, la respuesta era sencilla, habiamos sido llamados por Jesus y por su espiritu, y estabamos testificando al mundo que el sigue vivo, porque no hay otra explicacion para esto.

Cuando me encontraba en medio de Españoles, africanos, franceses, italianos, japoneses, vietnamitas, coreanos, australianos, norteamericanos, wauuu son tantas nacionalidades, recordaba la lectura de los Hechos de los apostoles donde cada quien hablaba en su lengua, este evento de verdad que fue un pentecostes, un Nuevo pentecostes, un pentecostes de la juventud, donde todos vinimos para ser testigos en un solo Corazon de que Jesus esta vivo, de que el es la solucion a las interrogantes del mundo. Cerca de mas de medio millon de jovenes, la gran mayoria sin entendernos por la lengua pero si, entendemos que estamos aqui por Jesus y ese lenguaje si que lo entendimos. El Papa Benedicto XVI, fue muy enfatico al alentarnos a no desfallecer ante los retos de esta sociedad modernizada "una nueva generación de cristianos está llamada para ayudar a construir un mundo"."¡El mundo necesita renovación!", destacó antes de volver a señalar la existencia de una crisis de religiosidad al afirmar que "en muchas sociedades, junto con la prosperidad material, se está extendiendo un desierto espiritual: un vacío interior, un temor sin nombre, un sentimiento silencioso de desesperación".Para superar esa falta de fe, Benedicto XVI propuso el evangelio que revela "la dignidad como hombres y mujeres creados a imagen y semejanza de Dios" y "el maravilloso llamado de la humanidad, el cual es encontrar satisfacción en el amor". Ante todos estos retos y lo vivido regresamos a casa con el compromiso de ser testigos mas audases y desinteresados, ser mejores hombres y mujeres. De algo estoy seguro, ninguno de nosotros regresa igual, regresamos renovados por un Nuevo pentecostes. El Espiritu nos llama, y responderemos como verdaderos testigos

viernes, 27 de junio de 2008

QUIEN DICE LA GENTE QUE SOY YO

El Evangelio que este domingo en la Solemnidad de los Apostoles Pedro y Pablo; leemos es una reflexión que se vuelve cada día más actual y más cuestionante a nuestros oídos si somos capaces de meditar con detenimiento la frase que Jesús hace a sus discípulos. ¿Quién dice la gente que soy yo?, esa es la primera pregunta, fácil de contestarla, lo que los otros dicen es fácil copiarlo y decirlo, la opinión de los otros no es nada del otro mundo poder repetirlo, en la sociedad y en el mundo se dicen tantas cosas que a veces sin darnos cuenta terminamos haciendo y diciendo lo que los otros dicen y hacen, si nos damos cuenta la gente nunca dice la verdad porque no tienen fundamentos suficientes para juzgar lo que dicen, los apóstoles le contestan a Jesús lo que la gente dice: “unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías, o uno de los profetas” ninguna de las respuestas que la gente murmura son ciertas, siempre me he preguntado porque tenemos que escuchar lo que la masa, el populacho o lo que los rumores que se corren dicen ya sea de ti, o de otros, sin detenernos a analizar si es verdad lo que se dicen. Nunca dependas de los chismes que se corren por el pueblo o la ciudad, la gente dice lo que se le viene en gana, nunca analiza lo que dice porque carece de verdad.
La segunda pregunta, que Jesús les hace, es un cuestionamiento a cerca de lo que ellos en realidad piensan a cerca de sus intenciones, ya no les pregunta que dice la gente, sino que es claro y directo en lo que dice ¿ustedes quien dicen que soy yo? ¿Para ustedes quien soy en realidad? Ese es el juicio al que todos estamos llamados a responder, que piensas, que pienso, quien es Jesús para mi, de ahí dependen todas las respuestas a las interrogantes en la vida nuestra, si nos detenemos a pensar quien es Jesús en nuestras vidas en verdad dejaremos de depender de lo que digan los demás, o de lo que digan los otros de nosotros, porque él es la solución a todos los problemas, pero desgraciadamente dependemos más de lo que digan los otros que de nuestros propios argumentos, analizados a la luz de Jesús, pero nunca nos detenemos a pensar ¿Quién es Jesús en nuestra vida? Siempre dependemos de lo que dicen los otros porque pienso, que tenemos miedo de enfrentar la respuesta que salga de nuestra pregunta, te invito a que al igual que Pedro no tengas miedo de responder con claridad quien es él en tu vida, y dejemos de una vez por todas de aceptar las respuestas de los otros y que construyamos nuestra propia respuesta, que nos haga ser mejores cristianos.

SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

Celebramos este domingo la Solemnidad de dos grandes figuras en la Iglesia, dos apóstoles considerados los bastiones principales de la Evangelización de los primeros siglos, ambos llamados personalmente por Jesús, Pedro, el primero un hombre sencillo de poca educación pescador de Galilea, llamado Simón, hijo de Juan, fue uno de los primeros llamados por Jesús, y puesto al frente de los doce para servir y confirmar en la fe a sus hermanos. Tras confesar a Jesús como Mesías, el maestro le dio un nuevo nombre Pedro, expresión de su función de piedra visible y fundamento de la unidad de la Iglesia. Después de la muerte y resurrección de Jesús, Desarrollo su actividad apostólica en Jerusalén, Antioquia de Siria y Roma, como primer obispo de esta ciudad. Allí durante la persecución de Nerón, fue crucificado en el año 64. Fue sepultado en la colina Vaticana. Lugar que los primeros cristianos veneraron y cuidaron con mucho esmero, sobre su tumba se edifico lo que hoy conocemos como La Basílica de San Pedro en Roma, lugar donde vive el Papa, sucesor de este humilde pescador.
Pablo, natural de Tarso, hombre astuto e inteligente, de gran renombre y posición entre su gente, fariseo, educado por Gamaliel, uno de los mejores maestros de su tiempo, Pablo, observante celoso de la ley mosaica como todo buen fariseo, buscando defender la pureza de esta se convirtió en acérrimo perseguidor de los cristianos, creyendo firmemente que eran un peligro para fe judía y sus normas, Pero Dios tiene sus propios planes y sus propios caminos, y día camino a Damasco, Jesús le salió al encuentro, y le convirtió en Apóstol, de los gentiles. Convertido a Cristo y hecho apóstol por el maestro, se convirtió en un misionero incansable por toda Asia Menor y Europa Oriental, donde fundó numerosas comunidades de cristianas. Sus cartas a diversas Iglesias son alimento para la Iglesia de todos los tiempos. Por su defensa incansable al Evangelio, y su convicción a la evangelización y engrandecimiento del Reino de los cielos, fue decapitado a las afueras de Roma en el Año 67.

lunes, 23 de junio de 2008

CONOSCAMOS NUESTRA IGLESIA

1- El Ministerio de la Iglesia
Los cristianos de todos los tiempos han profesado su fe en la Iglesia con la misma fórmula: “Creo en la Santa Iglesia”. Sin embargo, no en todas las situaciones históricas los fieles han comprometido con la misma intensidad lo que significa “creer en la Iglesia”, y sobre todo, lo que implica “ser Iglesia”.
En particular, muchos de nuestros inmediatos antepasados al nombrar la Iglesia fijaban casi exclusivamente su atención en la Jerarquía eclesiástica y el complejo contorno, exterior y visible, de ritos, leyes e instituciones; era casi nula la visión sobre el misterio de la Iglesia, y muy débil su conciencia de pertenecía activa al pueblo de Dios.
La iglesia es un misterio de Fe, su existencia en el mundo se debe a una iniciativa divina y su razón de ser sobrepasa los objetivos meramente intramundanos para proyectarse a la perspectiva misteriosa de la comunión del hombre con Dios. Al decir, “Creo en la Santa Iglesia” estamos afirmando que la Iglesia es un acontecimiento misterioso, cuya presencia y sentido solo podemos captar a la luz de la fe. Y este misterio consiste en que la Iglesia es “el signo e instrumento de la unión intima con Dios y de la unidad de todo el género humano” (L.G.8).
El aspecto misterioso de la iglesia esta sugerido por la misma etimología de esta palabra cuyo origen es griego. “Ekklesia” significa en primer lugar, “convocación”; y así llamamos a la Iglesia, porque ella es la convocación de todos los hombres a la salvación hecha por Dios mediante la obra de Cristo. “Ekklesia” significa también “congregación” y así, llamamos a la iglesia porque es la congregación de todos los fieles que, creyendo, “ven en, Jesús al autor de la salvación” (L.G.9) y forman un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo” (L.G. 4), establecido en la tierra como una “comunidad de fe, esperanza y caridad (L.G. 8). No es, pues, la iglesia un proyecto de los hombres y para este mundo, sino una obra de Dios en el mundo para la vida eterna.
La Iglesia es una comunidad visible compuesta de hombres, como son el Papa, los obispos, los fieles. Externamente está organizada de modo semejante a otras sociedades humanas. Así, son visibles sus templos, sus escuelas, sus oficinas y tomamos parte en sus asambleas y peregrinaciones, hablamos de la Iglesia de Roma, de la Iglesia de América Latina, de Asia… pero al mismo tiempo, “creemos” que la Iglesia no es solamente una institución visible religiosa; es también el Acontecimiento invisible de la presencia salvadora de Cristo en el mundo. No hay que concluir por esto que hay dos Iglesias: una externa y visible, otra invisible y misteriosa. No hay más que una Iglesia, que es a la vez congregación visible de fieles y comunión misteriosa en la salvación de Cristo, así afirma el Vaticano II: “Cristo el único mediador, instituyó y mantiene constantemente en la tierra a su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y caridad. Mas la sociedad, provista de sus órganos jerárquicos, y el cuerpo Místico de Cristo, la asamblea visible y la comunidad espiritual, la Iglesia terrestre y la Iglesia enriquecida con los bienes celestiales, no deben de ser considerado como dos cosas distintas, sino que más bien forman una realidad compleja que está integrada por el elemento humano y otro divino. (L.G.8.)

viernes, 20 de junio de 2008

XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

!!NO TENGAN MIEDO!!
En el Evangelio de este Domingo vemos a un Jesús que habla a sus discípulos con franqueza y claridad ante los acontecimientos que se les avecinan al decir "Si" a seguirle, y cuando les habla da la impresión de que los discípulos estuvieran escuchando el discurso de su graduación en el cual se les dicta con entusiasmo y sinceridad les quiere explicar lo sucederá a continuación en sus vidas. Jesús les dice: “No tengan miedo”, y se los repite por tres veces durante este pasaje, con esto quiere decirles que habrá momentos en los cuales tendrán miedo, en los cuales vacilaran y dudaran, en si hicieron lo correcto, o valió la pena lo que hicieron; y es que no es nada sencillo a lo que se comprometian los que estaban llamados a este ministerio misionero en el mundo, es natural que tengan miedo, pero el objetivo no es quedarse con el miedo, sino vencerlo y doblegarlo ante nuestra misión, al decirles no tengan miedo les está animando a ser valientes, a fortalecerse en la verdad y en la esperanza de que no están luchando solos.
Vivir en la verdad acarrea problemas y dificultades, llevar una vida en rectitud y santidad acarrea persecuciones y disgustos en aquellos que no están dispuestos a llevar una vida de valores, una vida de rectitud, esta persecución les llevara incluso hasta perder su propia vida a causa de vivir en la verdad y sin miedo.
Nosotros ahora en el siglo XXI no somos la excepción ante estas palabras del maestro, en nuestra sociedad misma hay actitudes que dificultan la propagación del evangelio y que van desde decir que no es políticamente correcto hacerlo, o económicamente afectaría si tomamos esta decisión ético moral, hasta un ataque frontal contra aquellos que denuncian la injusticia y proclaman la verdad con sus vidas y con sus palabras, esto sumándose al odio de unos y la burla de aquellos que no entienden hasta llegar a la indiferencia y la envidia de aquellos que se sienten tentados por la palabra, que hiere con la denuncia ante lo incorrecto, y quienes no soportan ni admiten la verdad. Estamos ante una sociedad donde el individualismo, el relativismo, el hedonismo gozan del estado privilegiado en primer plano, el Evangelio es algo que se ve como algo que no conviene pues afecta a un gran numero que quieren sus propios caminos, aunque tengan que pasar por encima de otros. En la lista de Jesús podríamos poner a los que amenazan, a los que hieren, a los que insultan, a los que manipulan todo para su propio beneficio a los que se escudan en la religión para satisfacer y oprimir sus deseos de venganza sin sentirse culpables, a los que usan su autoridad para conquistar más de lo que tienen y haciendo caso omiso de lo que causan sus torpes decisiones terminan propagando mas la injusticia el horror y el hambre en sus mismos hermanos.
Ante todo esto Jesús quiso alertar a sus discípulos y a nosotros, que también lo somos, para que no tengamos miedo y proclamemos el evangelio que defiende la verdad y que ayuda a la convivencia justa y decente que busca el bien común y respeta la dignidad de todos comenzando por los más sencillos y desposeídos y promueve su desarrollo. Necesitamos discípulos que se atrevan a no tener miedo de vivir en la verdad, que se atrevan a decir si sin pensar en el que dirán y en el que sucederá, que se atrevan a descubrir todo aquello que apesta en la sociedad y en la vida diaria, necesitamos tu decisión acertada a vivir en la verdad y el amor, urge que digas que si y dejes atrás el miedo y la cobardía, recordemos que quien no denuncia la verdad y la oculta esta contra el maestro y lo niega y el nos lo dice en el evangelio “si uno me niega ante los hombres, yo también lo negare ante mi Padre del cielo”, interesantes palabras deben de invitarnos a reflexionar mas cada día.

viernes, 30 de mayo de 2008

Junio: Mes del Sagrado Corazón de Jesús

Explicación de la fiesta
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida. Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido.La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días. Esto significa que debemos vivir este mes demostrandole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna. Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando. Debemos vivir recordandolo y pensar cada vez que actuamos: ¿Qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su Corazón? Y eso es lo que debemos hacer (ante un problema en la familia, en el trabajo, en nuestra comunidad, con nuestras amistades, etc.). Debemos, por tanto, pensan si las obras o acciones que vamos a hacer nos alejan o acercan a Dios.Es recomendable tener en casa o en el trabajo una imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos ayuda a recordar su gran amor y, a imitarlo en este mes de junio y durante todo el año.
Origen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús

Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella.Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado. Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados.El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.



Las promesas del Sagrado Corazón de Jesús:
Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si un apersona comulgaba los primeros viernes de mes, durante nueve meses seguidos, le concedería lo siguiente:

1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado (casado(a), soltero(a), viudo(a) o consagrado(a) a Dios).
2. Pondré paz en sus familias.
3. Los consolaré en todas las aflicciones.
4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
6. Los pecadores hallarán misericordia.
7. Los tibios se harán fervorosos.
8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.
9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él.
12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.

Sugerencias para vivir la fiesta:
Poner una estampa del Sagrado Corazón de Jesús, algún pensamiento y la oración para la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús.
Hacer una oración en la que todos pidamos por tener un corazón como el de Cristo.
Leer en el Evangelio pasajes en los que se podamos observar la actitud de Jesús como fruto de su Corazón.

viernes, 9 de mayo de 2008

A ESAS MUJERES LINDAS QUE SON NUESTRAS MADRES

MI MADRE UN REGALO DE DIOS
Recuerdo hace algún tiempo cuando era estudiante en mis primeros años, que el mes de mayo era esperado con muchas ansias y alegría, y era por muchas razones, es el mes de las flores, el mes de las frutas, entre otros, pero una de ellas que era la más importante, era, por que en este mes se celebra el día de la madre, no se hoy, pero en esa época lo celebrábamos con que dedicación y esmero, nuestros profesores nos hacían ensayar números artísticos, y preparar poemas, canciones y organizar esa fiesta, repartir las invitaciones impresas en la dirección en aquel antiguo aparato que se giraba con la mano, luego coloreábamos el dibujo, que el profesor o profesora de estética, había dibujado con sus propias manos con mucha dedicación en la invitación, (que por cierto aun conservo una de recuerdo) para llevarla a nuestras mamás con mucha emoción y alegría; qué tiempos aquellos, verdad. Y es que, no es para menos, celebrarle a esas mujeres tan maravillosas que nos ha dado parte de su vida, que nos han regalado la maternidad en una DONACIÓN de sí mismas: en el servicio desinteresado, y la preocupación constante por nuestra vida y nuestra salud, la entrega personal, abnegada y amorosa, que cada día en nuestras vidas.
Creo que son el ángel, que Dios nos regalo para plasmar su amor puro y desinteresado en nuestras vidas, y le dio un nombre muy especial, le llamamos MAMA, y es que las dotó con un corazón grande y una capacidad de perdonar y aceptarnos ilimitada, y una sabiduría innata que es única en ellas. Ellas son las únicas capaces de querernos por lo que somos no por lo que tenemos.
Admirablemente es el único ser en la tierra que es capaz de arrancar su corazón por sus hijos, son mujeres de Fe, de esperanza y caridad, son mujeres de sacrificio profundo y continuo, son mujeres desinteresadas y dispuestas a darlo todo para conseguir nuestra felicidad, son un ejemplo de ese amor puro y sublime de Dios. Es por ello que como hijos debemos de estar siempre agradecidos con Dios por darnos una madre como la que tenemos, y vivir siempre agradecidos con ellas por su incansable amor y dedicación a nuestro cuidado, y esto desde que nos empezamos a formar en su vientre, y desde allí nos comenzaron a alimentar con su misma vida, con su misma alma, con su mismo amor. Todos tenemos parte de sus vidas en nuestra vida, todos tenemos parte de su ser en nuestro ser, todos tenemos su sangre y su amor en nuestras vidas, porque ellas son vicarias de Dios para transmitirnos la vida. No entiendo y nunca lo he entendido, como pueden haber hijos e hijas que no sean capaces de ser agradecidos con su madre, que las tratan mal, que las insultan, que las desprecian, que se avergüenzan de ellas por su sencillez y humildad, porque tienen esas manos curtidas y rotas por el trabajo, porque el paso de los años les ha dejado una huella infranqueable en sus rostros, en sus ojos y en su cabellos; y todo porque, por ser madres, por esforzarse para que tuviéramos lo que tenemos y para que fuéramos lo que somos, trabajaron y se esforzaron para conseguir nuestro alimento, y nuestro desarrollo y ahora tienen una mirada cansada y fatigada, pero llena de esperanza, de fe y de calidez que solo ellas pueden dar. No las ignores, no las trates mal, no las desprecies, ni las veas con recelo, recuerda que antes de tener todo lo que tienes, Dios te la regalo a ella, sintámonos orgullosos de ellas, porque ellas se sienten orgullos de nosotros, aun así hallamos cometido lo errores que hayamos cometido.
Hace algunos meses aquí en la parroquia, se presento una persona y con lagrimas en los ojos, diciéndome que no hallaba como hacer porque tenía un cargo de conciencia, le pregunte porque, me contesto- porque mi madre acaba de fallecer y en vida la trate muy mal, se fue y no le pude decir lo mucho que la quería, y por mis caprichos y ambiciones le hice pasar momentos amargos, y difíciles, nunca le ayude porque creí que así me iba a aceptar mis errores y equivocaciones y la deje morir sola- y por ello quiero, me dijo, que le celebre un acto funeral de lo más elegante que pueda, y quiero enterrarla en el cementerio más caro y costoso de Arlington, con una tumba de granito y mármol… no dije nada, solo guarde silencio, pero me quede pensando, que ignorantes y necios somos los hijos con nuestra madre, creemos que somos más sabios que ellas, solo porque quizás fuimos a la universidad, o tenemos alguna que otra comodidad, cuando ellas quizás no saben leer ni escribir, y nos aconsejan o corrigen, y las vemos como desfasadas y equivocadas porque no aceptan que estemos en el error, muchos las tratan mal y hasta las explotan, y al final cuando se van, cuando Dios las reclama para sí, nos quedamos solos y con cargos de conciencia, haciendo gastos absurdos que ya no llenan nada, quieren tranquilizar su conciencia, con lapidas caras y espectáculos de dolor, cuando en vida no fueron capaces de agradecer lo mucho que les dieron. En vida hermano, en vida, ahora que la tienes con tigo, hazle sentir que la quieres, ayúdale en todo lo que este a tu alcance, sácala a pasear, dile que la quieres, regálale algo, dale ese beso que nunca le has dado, dile que te sientes orgulloso de ella, y hazla sentirse orgullosa de ti. En lo particular, yo cada día le agradezco a Dios por la madre que me dio, y me siento orgulloso de tenerla, porque soy lo que soy porque ella siempre ha estado ahí con migo, sus consejos y enseñanzas son siempre la mano de Dios en mi vida. Madres, gracias por ser como son Dios las bendiga siempre y perdónenos que nosotros como hijos a veces no valoramos su amor y su sacrificio. FELIZ DIA DE LAS MADRES, mis oraciones las ofreceré por ustedes en este día. Que Dios las bendiga.

miércoles, 7 de mayo de 2008

DOMINGO DE PENTECOSTES

PENTECOSTES
La palabra Pentecostés significa el día quincuagésimo. A los 50 días de la Pascua, los judíos celebraban la fiesta de las siete semanas (Ex 34,22), esta fiesta en un principio fue agrícola, pero se convirtió después en recuerdo de la Alianza del Sinaí. Al principio los cristianos no celebraban esta fiesta pero, con el tiempo se le fue dando mayor importancia a este día, teniendo presente el acontecimiento histórico de la venida del Espíritu Santo sobre Santa María y los Apóstoles (Hc 2). Poco a poco se fue formando una fiesta para la que se preparaban con ayuno y una vigilia solemne. Se utiliza el color rojo para el altar y las vestiduras del sacerdote, simbolizando el fuego del Espíritu Santo.Significado de esta celebración:Los cincuenta días pascuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, forman una unidad. No son fiestas aisladas de acontecimientos ocurridos en el tiempo, son parte de un solo y único misterio. Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo. La Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cristo, pero se confirma con la venida del Espíritu Santo. Es hasta entonces que los Apóstoles acaban de comprender para qué fueron convocados por Jesús; para qué fueron preparados durante esos tres años de convivencia íntima con Él. La Fiesta de Pentecostés es como el "aniversario" de la Iglesia. El Espíritu Santo desciende sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para preservarlos en la verdad, como Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y enseñar a todas las naciones. Es el mismo Espíritu Santo que, desde hace dos mil años hasta ahora, sigue descendiendo sobre quienes creemos que Cristo vino, murió y resucitó por nosotros; sobre quienes sabemos que somos parte y continuación de aquella pequeña comunidad ahora extendida por tantos lugares; sobre quienes sabemos que somos responsables de seguir extendiendo su Reino de Amor, Justicia, Verdad y Paz entre los hombres.

SECUENCIA




“Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido, luz que penetras las almas, fuente de mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego; gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro, mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo. Doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno”, Amen.


¿Quién es el Espíritu Santo?

En la segunda lectura que escuchamos este domingo, el apóstol San Pablo, nos dice: "Nadie puede decir: ¡Jesús es el Señor! sino por influjo del Espíritu Santo" (1Co 12,3). Muchas veces hemos escuchado hablar de Él; muchas veces quizá también lo hemos mencionado y lo hemos invocado. Piense cuántas veces ha sentido su acción, cuando sin saber cómo, ha soportado y superado situaciones difíciles, ha salido adelante, se ha reconciliado, ha sido capaz de aceptar, perdonar, amar y hasta hacer algo por esa persona que en algún momento de su vida le ha ofendido… Esa fuerza interior que no sabe de dónde sale, es nada menos que la acción del Espíritu Santo en su vida que, desde su bautismo, habita en usted. El Espíritu Santo ha actuado durante toda la historia de la humanidad pero, es Nuestro Señor Jesucristo quien lo presenta oficialmente: "Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Defensor que permanecerá siempre con ustedes. Este es el Espíritu de Verdad… En adelante el Espíritu Santo Defensor, que el Padre les enviará en mi nombre, les va a enseñar todas las cosas y les va a recordar todas mis palabras. … En verdad, les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Defensor no vendrá a ustedes. Pero si me voy se lo mandaré. Cuando él venga, rebatirá las mentiras del mundo… Tengo muchas cosas más que decirles, pero ustedes no pueden entenderlas ahora. Pero cuando Él venga, el Espíritu de la Verdad, los introducirá en la verdad total" (San Juan, capítulos 14, 15 y 16). Cuando éramos niños, en el catecismo aprendimos que "el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es esta la más profunda de las verdades de fe: habiendo un solo Dios, existen en Él Tres Personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Verdad que Jesucristo nos ha enseñado con claridad en el Evangelio, él nos presenta al Espíritu Santo diciendo: "El Padre os dará otro Paráclito" (Jn 14,16). El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado "otro paráclito" porque continúa haciendo presente la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna. El Espíritu Santo viene a guiar la vida de todos los discípulos del Señor, en aquel tiempo y en el nuestro: “Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros” (Jn 16,12-15).

martes, 6 de mayo de 2008

VEN ESPIRITU SANTO




VEN ESPIRITU SANTO VEN LLENANOS, Y ENSEÑANOS A AMAR COMO ES
DEBIDO VEN DEL CIELO Y RENUEVA NUESTRO CORAZON DE PIEDRA, LEVANTANOS EN FE EN ESPERANZA Y AMOR. DANOS TU UNCION

sábado, 12 de abril de 2008

BIENVENIDO TESTIGO DE LA ESPERANZA



PESCADOR AMIGO AYUDANOS A ENCOTRAR LA PAZ EN JESUCRISTO
BIENVENIDO A LOS ESTADOS UNIDOS

UN DIA EN LA VIDA DEL PAPA

BIENVENIDO TESTIGO DE LA ESPERANZA

Desde que se dio a conocer la noticia hace algunos meses atrás de que su Santidad Benedicto XVI visitaría nuestro país, a todos nos causó alegría y emoción esta gran noticia, y es que no es para menos, tener pisando suelo americano al Vicario de Cristo en la tierra, es un acontecimiento para celebrar y regocijarnos. La visita de su santidad a este país es para que todos nos llenemos de esperanza y nos animemos a continuar en nuestro crecimiento espiritual, su visita es un llamado claro a la reconciliación y a la unidad, a que todos nos unamos como una sola familia Cristiana y por un momento reflexionemos sobre todas las divisiones, discriminaciones, sentidos de inferioridad, que tanto están opacando la dignidad de muchos en este país. Jesús le dice a Pedro (el primer papa) antes de ascender al cielo por tres veces, “Apacienta mis ovejas” (Jn.21, 16) este enunciado dado por Jesús a Pedro es lo que resuena hasta el día de hoy en la persona del Santo Padre, viene en un momento en que nuestro país se encuentra hasta cierto punto sobresaltado y deprimido por tantos actos que lo abaten, la guerra, la discriminación y la deportación de nuestros hermanos inmigrantes que se respira a flor de piel en muchos ambientes, la falta de trabajo para muchos, la desestabilización económica, la inseguridad ante el terrorismo externo, entre otros problemas, el, viene a transmitirnos tranquilidad mediante un mensaje esperanzador, un mensaje que tenemos que guardar y poner el practica en nuestra vida. Esta visita nos tiene que llevar a tener un encuentro personal con Jesús vivo y resucitado, un encuentro que cambie el rumbo de nuestra vida nos haga ser mas testigos de Fe y de esperanza, guiados por el amor a Jesucristo, tenemos que tener clara que fuera de la misericordia de Dios no hay otra fuente de esperanza para los seres humanos. Que esta visita nos haga entrar en la esperanza y nos haga caminar hacia una libertad interior. Bienvenido Santo Padre a nuestro país, como una sola iglesia abrimos nuestros corazones al mensaje que Cristo quiere transmitirnos a través de sus palabras. Bienvenido pregonero de la Esperanza.

IV DOMINGO DE PASCUA

JESUCRISTO BUEN PASTOR.
En el cuarto domingo de Pascua, la Iglesia quiere que nos fijemos en un aspecto concreto sobre la Persona de Nuestro Señor Jesucristo: el Buen Pastor. Jesús mismo nos dice en el Evangelio que él es “el Buen Pastor, que conoce a sus ovejas, y da su vida por ellas” (Jn 10,14; 17). El señorío de Nuestro Señor Jesucristo como Buen Pastor ha sido confirmando de una vez para siempre, una vez que él resucitó del sepulcro: “El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo Testamento. Ya San Pablo, hacia el año 56, puede escribir a los Corintios: “Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce” (1 Cor 15,3-4). La Resurrección constituye ante todo la confirmación de todo lo que Cristo hizo y enseñó. Todas las verdades, incluso las mas inaccesibles al espíritu humano, encuentran su justificación si Cristo, al resucitar, ha dado la prueba definitiva de su autoridad divina según lo había prometido” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 639; 651). ¿Y cuál es la importancia que tiene para nuestra vida de cristianos el hecho de que Jesucristo sea el Buen Pastor? Significa que, es en él en quien debemos de buscar toda la verdad, que debemos de escuchar y obedecer su voz mientras peregrinamos por este mundo. Quienes crucificaron al Señor, no quisieron entender que él era, y es: “el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6), sino que por el contrario, lo consideraron como “un alborotador del pueblo” (Lc 23,14). Hermanas y hermanos, Jesucristo ha resucitado y su resurrección lo ha convertido en “el Único y Buen Pastor” de todas las ovejas. El problema de nuestro tiempo, es el mismo de ayer: No querer reconocer a Nuestro Señor como Buen Pastor. Y por lo mismo no se quiere escuchar ni obedecer su voz, incluso por los que dicen creer en él. Que Jesucristo sea el Buen Pastor, significa que nuestra vida entera tendría que ser conducida por los valores del Evangelio pues, nada que sea verdaderamente humano y bueno puede escapar al pastoreo supremo de Jesucristo. Como cristianos no podemos continuar únicamente contemplando la imagen de Jesucristo Buen Pastor sino que debemos de preguntarnos con seriedad, si Jesucristo está siendo de verdad el Buen Pastor de nuestras vidas. Cuando Dios no es lo mas importante en la vida de muchísimos cristianos, cuando los esposos no quieren vivir con seriedad el sacramento del Matrimonio; cuando los padres y madres de familia no quieren tomarse en serio la educación cristina de sus hijos; cuando en la sociedad predominan la mentira, la envidia, los odios y la violencia; y cuando en la Iglesia muchísimos cristianos, laicos y consagrados, no quieren tomarse en serio su misión de ovejas y pastores: ¿Será que Jesucristo es nuestro Buen Pastor? Y si él no lo es, ¿Quien estará pastoreando nuestra vida?.

sábado, 5 de abril de 2008

III DOMINGO DE PASCUA

LA PRIMERA EVANGELIZACION Y LA NUEVA EVANGELIZACION
“La evangelización es la misión propia de la Iglesia” (Documento Pueblo, n.4), y esta es una tarea que le fue confiada por Nuestro Señor una vez resucitado: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado” (Mt 28,19). Los apóstoles se tomaron en serio esta misión, poniendo al servicio de ella todos los bienes con que contaban, e incluso se dispusieron ha sacrificar y sacrificaron hasta sus propias vidas. ¿Por qué tanto así? Porque estaban convencidos de quien era Jesús; habían sido testigos de su Pasión y, Muerte, y después de tres días, también de su Resurrección, y eso los hizo capaces de comprender, que Jesús era el Hijo de Dios, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La predicación del Evangelio comenzó a cambiar la vida de las personas, de las familias, y de las sociedades. Pero no creamos que esta primera evangelización fue una tarea fácil para los cristianos de aquella primera hora sino que, muy por el contrario, tuvieron que hacerle frente a toda una serie de dificultades que amenazaban con destruirles: “Las cadenas, las prisiones, el exilio, el hambre, el fuego, las bestias feroces y todos los suplicios que la crueldad de los perseguidores les ha hecho imaginara, no han podido empañar esta fe en el Senor Jesús. No solamente hombres, sino también mujeres, niños pequeños y muchachas han combatido por ella en todas las partes del mundo hasta derramar su sangre” (San León Magno, Sermón 72). ¿Pero qué fue lo que transformó a esta gente, lo que hizo que los mismos apóstoles cambiaran? Y la respuesta nos la ofrece el evangelio de este domingo: Fue el encuentro con Jesús Resucitado. Fue eso lo que hizo que aquellos primeros discípulos que estaban tristes, decepcionados, y con deseos de volverse a sus casas, cambiasen por completo, y en adelante, se dedicasen de lleno, y sin ningún miedo, a predicar que: “a este Jesús Dios lo resucitó, y de lo cual todos ellos eran testigos” (Hc 2, 33). Debemos de entender que aquellos primeros cristianos no hubieran sido capaces de realizar esta primera evangelización, si no hubiesen tenido un encuentro personal con Jesús Resucitado; y si esta primera evangelización no se hubiese realizado, el mundo no seria lo que es, y posiblemente la luz del evangelio todavía no hubiese llegado hasta nosotros. ¿Qué estamos haciendo nosotros para que la Palabra de Nuestro Senor Jesucristo sea conocida, creída y vivida? Existe en nuestra Iglesia una gran mayoría de cristianos que no han entendido que la evangelización es una tarea que nos corresponde a todos los bautizados. Muchos cristianos se han conformado con ser únicamente domingueros, a misa si, pero nada mas eso, sin asumir en serio ningún tipo de compromiso cristiano en sus familias, o en su comunidad. ¿Hacia donde cree usted que esta caminando cada vez mas el mundo? Hacia la descristianización, a vivir como si Dios no existiera. En su reciente visita que los obispos salvadoreños han realizado al Papa, él les ha dicho: "es preciso impulsar un ambicioso y audaz esfuerzo de evangelización en vuestras comunidades diocesanas, orientado a facilitar en todos los fieles ese encuentro íntimo con Cristo vivo que está a la base y en el origen del ser cristiano" (Visita Ad Limina de Obispos de El Salvador (02-28-08). Pero eso, sólo será posible con la participación de todos los bautizados y bautizadas.

jueves, 27 de marzo de 2008

II DOMINGO DE PASCUA

FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA
Cuando Dios quiere revelar un mensaje a la humanidad, no busca a los más importantes y sabios, sino que se revela a través de los más sencillos y humildes, que saben ser dóciles a sus inspiraciones y gracias. Este es el caso del mensaje de la Divina Misericordia dado a Santa María Faustina Kowalska, religiosa polaca, instrumento elegido y probado por el Señor. Santa Faustina (como es conocida en el mundo entero) pertenecía a la Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia, conocidas como las "Hermanas Magdalenas" que se dedican a la educación de jóvenes de bajos recursos. El 22 de febrero de 1931, santa Faustina recibió la primera revelación de la Misericordia de Dios, ella lo anota así en su diario: "En la noche cuando estaba en mi celda, vi al Señor Jesús vestido de blanco. Una mano estaba levantada en ademán de bendecir y, con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un poco abierto en el pecho, brillaban dos rayos largos: uno era rojo y, el otro blanco. Yo me quedé en silencio contemplando al Señor. Mi alma estaba llena de miedo pero también rebosante de felicidad. Después de un rato, Jesús me dijo: “Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción: "¡Jesús, yo confío en Ti!” Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero. Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no perecerá. También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, pero especialmente a la hora de su muerte. Yo el Señor la defenderé como a Mi propia Gloria”. Cuando contó esto en confesión, el padre le dijo que seguramente Jesús deseaba pintar esta imagen en su corazón pero ella sentía que Jesús le decía "Mi Imagen ya está en tu corazón. Yo deseo que se establezca una fiesta de la Misericordia y que esta imagen sea venerada por todo el mundo. Esta fiesta será el primer domingo después de Pascua. Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia Mía a los pecadores. Por orden de su confesor Santa Faustina le preguntó al Señor el significado de los rayos que aparecen en la imagen emanando del corazón y el Señor le respondió: "Los dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas-. Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi corazón agonizado fué abierto por una lanza en la Cruz... Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí". El Señor manifiesta su Corazón, y el agua y la sangre que de él brotaron como manantial de reconciliación para todos los hombres. ¿Y como podemos nosotros participar y obtener la Misericordia de Dios? Nuestro Señor le señaló cuatro medios concretos a santa Faustina, que son: la Novena a la Divina Misericordia , la Coronilla a la Divina Misericordia, la Hora de la Divina Misericordia y la Veneración de la Imagen de la Divina Misericordia. A través de estos actos de piedad, el Señor nos llama a todos a pedir Su Misericordia. Hermanas y hermanos, Dios quiere que nos acerquemos a Él orando sin cesar, arrepintiéndonos de nuestros pecados y pidiendo que Él derrame Su Misericordia sobre nosotros y el mundo entero.

OREMOS CON LA CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA



POR TU DOLOROSA PASION TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS Y DEL MUNDO ENTERO

lunes, 24 de marzo de 2008

MONSEÑOR ROMERO A 28 AÑOS DE SU MUERTE

MONSEÑOR, PASTOR, AMIGO, HERMANO

En su primer viaje a Centroamérica en 1983, el papa Juan Pablo II se detuvo inesperadamente en la catedral de San Salvador. En el interior de sus muros de ladrillo rojo y cemento armado, el papa se arrodilló para orar sobre la tumba del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, asesinado tres años antes. El papa calificó a Romero de «celoso Pastor a quien el amor de Dios y el servicio a los hermanos condujeron hasta la entrega misma de la vida». Aunque sobria, la oración es digna de mención: menos de un año antes de la muerte de Romero, el papa había estado considerando el envío de un administrador apostólico para regir la archidiócesis en sustitución de Romero.


Romero fue consagrado como arzobispo de San Salvador el martes 22 de febrero de 1977, en una discreta ceremonia en la iglesia anexa al seminario de San José de la Montaña. No era aún tiempo de guerra; faltaban todavía unos años para masacres como las de Río Sumpul y El Mozote. Tres sacerdotes habían sido expulsados del país durante el mes precedente, y la casa de un cuarto sacerdote había sido bombardeada. La tensión política fue, pues, una de las razones de tan discreta entronización de Romero como arzobispo de la capital. Otra razón de la discreción de la ceremonia fue la incertidumbre de la archidiócesis respecto del nuevo arzobispo. Muchos esperaban lo peor. Jesús Delgado, sacerdote que más tarde colaboró estrechamente con Romero, dice que cuando Romero comenzó a hablar aquella mañana, «el silencio era sepulcral».

El primer mes de Romero como arzobispo resultó dramático. Ante la evidencia de fraude en las elecciones presidenciales, los manifestantes se congregaron en el centro de la ciudad. El 28 de febrero, las tropas dispararon contra la multitud, y numerosas personas huyeron a refugiarse en la iglesia de los dominicos. Decenas de personas fueron asesinadas.

El 5 de marzo, la Conferencia Episcopal salvadoreña redactó una carta condenando violaciones concretas de los derechos humanos y haciendo referencia, asimismo, a estructuras sociales fundamentalmente injustas. La carta debía ser leída en las misas del domingo 13 de marzo. El 12 de marzo, Romero se echó atrás, según contó posteriormente el obispo Rivera Damas. El 12 de marzo al mediodía, Romero dijo a Rivera: «Esta carta es inoportuna, esta carta es parcial. Esta carta no sé por qué se ha emanado». Aquella misma tarde, el jesuita Rutilio Grande, párroco de Aguilares, y dos compañeros fueron asesinados cuando iban a decir misa en El Paisnal. Aquella noche, Romero acudió a Aguilares, y algo ocurrió. Tal como Rivera lo cuenta, Romero no sólo leyó la carta en la misa dominical del día 13, sino que su comentario fue tan hermoso que «estuvimos viendo cómo la sabiduría de Dios estaba con él. A partir de entonces, ese hombre cambió...».

Uno de los momentos más bajos de 1979 fue la visita de Romero a Roma en mayo, que era la tercera como arzobispo. Después de muchos esfuerzos, Romero consiguió una audiencia con el papa Juan Pablo. Mientras Romero estaba en Roma, las fuerzas de seguridad dispararon contra los participantes en una manifestación frente a la catedral de San Salvador, con el resultado de veinticinco muertos y numerosos heridos.


Hubo un cambio de gobierno «La Segunda Junta» a la que ofreció diálogo Monseñor Romero. Pero a medida que iban pasando las semanas, se iba viendo claramente que cualquier esperanza de reforma era vana. Los oficiales jóvenes y los miembros civiles del gobierno eran incapaces de arrebatar el control militar efectivo de las manos de los antiguos líderes de la línea dura, uno de los cuales conservaba el puesto de ministro de defensa. Los miembros civiles del gobierno más dignos de confianza dimitieron en enero de 1980, «en protesta por la imposibilidad de llevar adelante las reformas prometidas por el movimiento del 15 de octubre». La represión aumentó dramáticamente bajo la «Segunda Junta», alianza de los demócrata-cristianos con los militares apoyada por los Estados Unidos.

El 22 de enero, Romero escribió en su diario que se había abierto fuego contra una gran manifestación pacífica de organizaciones de izquierda, matando a mucha gente. Sólo de las escaleras de la catedral se recogieron once cuerpos. El gobierno dijo a Romero que ellos no eran responsables, pero Romero escribió: «Muchas voces de testigos señalaban que los guardias que estaban en el balcón del Palacio Nacional habían tiroteado a la muchedumbre», al igual que harían durante el funeral del propio Romero. Unas cuantas semanas después, cuando se anunció que los Estados Unidos estaban considerando la ayuda militar al gobierno, Romero escribió una carta de protesta al presidente Jimmy Carter.

Romero hizo su última visita al Vaticano a finales de enero de 1980. La visita incluyó una audiencia con el papa Juan Pablo, que finalizó con un «abrazo muy fraternal». Romero escribió que dejó la Santa Sede habiendo «sentido la confirmación y la fuerza de Dios para mi pobre ministerio». Urioste afirma que, incluso entonces, Romero fue mal entendido por el Vaticano, que siguió creyendo que era demasiado activo en el terreno político.

El domingo 23 de marzo predicó una homilía que tituló: «La Iglesia: un servicio de liberación: personal, comunitaria y trascendente». Suele citarse una frase de esta larga y compleja homilía: «En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión...!». Al día siguiente tuvo varios encuentros. Fue después a la residencia de los jesuitas de Santa Tecla a hablar con Segundo Azcue, que era su confesor. Volvió al hospital en que vivía a celebrar la misa vespertina. A la finalización de la homilía, cuando Romero estaba extendiendo el corporal sobre el altar, fue asesinado por un francotirador.


Veintiocho años después, monseñor Romero sigue enterrado en el sótano de la catedral de San Salvador con un tiro a la altura del corazón. Creyeron apagar su voz en 1980, pero su voz, desde entonces, no ha hecho más que amplificarse por el mundo entero, encadenándose como su voz por la radio, como aquel sonido de campanas que escuchó en Roma y que grabó para que las oyeran sus campesinos de El Salvador, como si se tratara del latido de su corazón viajando siempre en su pueblo.
Tomado de Douglas MarcouillerMons. Romero «Sentir con la Iglesia». Sal Terrae 2004

RESUCITO LA TUMBA ESTA VACIA




Resucitemos tambien nosotros con el. JESUS ESTA VIVO,