viernes, 11 de marzo de 2011

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

“No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
(Mt.4,1-11)
Rev. Alexander Díaz

Hoy es el primer domingo de cuaresma, el pasado miércoles iniciamos este maravilloso camino espiritual, similar al de un gran retiro que durara cuarenta días y en los cuales nos detendremos a mirar y meditar sobre nuestra frágil realidad humana, la cual pesa y en momentos se torna difícil, ya que intentamos seguir el evangelio, pero esta “condición humana” nos cunde de tentaciones que nos hacen más difícil este caminar.

El evangelio de hoy nos habla de las tentaciones de Jesús, en el desierto, misterio que nos invita a pensar que si El, siendo Dios no fue eximido de esas tentaciones, nosotros tampoco lo estamos.
Nos dice la liturgia de que El Espíritu lleva a Jesús al desierto, es sabido por todos que Israel, el lugar donde el nace y crece esta plantado casi en un desierto, me pregunto ¿Qué sentido tiene esta sorprendente conducción, a un lugar donde el silencio y la muerte prácticamente viven? Reflexionemos un poco sobre qué significa «el desierto».

El desierto es el lugar del silencio, de la soledad; es alejamiento de las ocupaciones cotidianas, del ruido y de la superficialidad. El desierto es el lugar de lo absoluto, el lugar de la libertad, que sitúa al hombre ante las cuestiones fundamentales de su vida. En este sentido, es lugar de la gracia. Al vaciarse de sus preocupaciones, el hombre encuentra a su Creador.

Por esta razón para iniciar la cuaresma se nos llama a meditar en este paso que Jesús realiza para iniciar su vida pública, si queremos encontrar respuesta a nuestras propias interrogantes debemos de guardar silencio, debemos de irnos al desierto y dejar que El, hable a nuestro corazón. El ser humano siempre tiene miedo a estar solo, o interrogarse a sí mismo, estamos acostumbrado al ruido, al bullicio, a que otros sean los que hablen, pero no a hacerlo por nosotros mismos.

Las grandes cosas comienzan siempre en el desierto, en el silencio, en la pobreza. No se puede participar en la misión de Jesús, en la misión del Evangelio si no se participa en la experiencia del desierto, sin sufrir su pobreza, su hambre. Aquella bienaventurada hambre de justicia, de la que nos habla el Señor en el Sermón de la Montaña, no puede nacer estando el hombre harto de todo.
Pero quiero aclarar una cosa, el desierto de Jesús no acaba con estos cuarenta días. Su último desierto, su desierto extremo, se da cuando experimenta la soledad en la agonía de la cruz, cuando todo parece perdido, cuando todo es oscuro y tenebroso y de su boca pronuncia las palabras del salmo 21: «¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?»

En nuestra vida, para conquistar el cielo, tendremos que enfrentarnos a un sinfín de desiertos, y tempestades, donde también nosotros sentiremos lo mismo que sintió Jesús, sentiremos miedo, tristeza, aflicción, dolor, y no veremos claro en nada, todo se tornara oscuro y sin salida, pero cuando eso pase, tenemos que estar claros que eso no es el fin, es solo un momento de prueba, una tentación más que tenemos que superar sin ningún problema.

Al entrar en el desierto, Jesús entra también en la historia de la salvación de su pueblo, Jesús entra en esta historia, entra en las tentaciones de su pueblo, Jesús se va al desierto para ser tentado; quiere participar en las tentaciones de su pueblo y del mundo, sobrellevar nuestra miseria, vencer al enemigo y abrirnos así el camino que lleva a la Tierra Prometida.

Después de su experiencia en el desierto Jesús se entro’ en su vida de misión, predicando, sanando, enseñando, reconciliando, y aliviando sufrimiento. Con nuestras experiencias confrontando a la tentación también realizamos un papel de misión de predicar, sanar, ensenar, reconciliar, y aliviar el sufrimiento en el mundo. En fin, la tentación no es una realidad en que necesitamos huir, más bien, es una realidad que ofrece una nueva oportunidad crecer en nuestra identidad. Somos capaces, por la gracia del Señor, ser formados en la imagen de Cristo no tanto a pesar de las tentaciones sino que en proporción directo a nuestra fortaleza contra la mentira que siempre acompaña a las tentaciones.

Jesús llevo’ al desierto solamente a su fe, su esperanza, y su amor. Y era suficiente contra cualquier tentación usar a su poder en una manera orgullosa. A dentro de nuestras almas y corazones tenemos anhelos puesto por Dios que necesitan aire, que necesitan ser expresados. En ese Nuevo Tiempo de la Cuaresma tomamos el riesgo confrontar con los anhelos de justicia, reconciliación, y el deseo aliviar al sufrimiento las tentaciones, en todo momento de cualquier confrontación sabemos que Dios está a nuestro lado.

Que en este tiempo maravilloso de la cuaresma también nosotros seamos hombres y mujeres nuevos que afrontemos la realidad de nuestra vida y cambiemos algo de nosotros, que la predicación del este evangelio dominical nos ayude a cambiar de actitud ante las tentaciones que se nos ponen en nuestro caminar.
Amen

martes, 8 de marzo de 2011

CUARESMA CAMINO HACIA LA PASCUA


Significado de la Cuaresma y Miércoles de Ceniza

Cada año la iglesia nos convoca para un acontecimiento de trascendencia en nuestra vida espiritual, es interesante que la gran mayoría de los cristianos católicos, ya sean practicantes comprometidos o no practicantes, saben o han oído hablar mas de una vez sobre la cuaresma, sobre el miércoles de ceniza y sobre estos tiempos fuertes dentro de la Iglesia; lo que me parece lamentable, es que no saben en realidad cual es su significado especifico, o que función tiene dentro de la vida de la Iglesia. Quiero explicar a través de este sencillo artículo el significado de estos tiempos fuertes.
Muchas personas, hace unos días se me han acercado a hacerme las preguntas que a continuación voy a responder, preguntas que sinceramente no creí que muchos no tuvieran la respuesta, que aunque a mi ver es básico, para muchos no lo es; las preguntas mas que mas se hace son: ¿Qué es la cuaresma? ¿cuándo inicia? ¿cuándo se termina? ¿qué es la pascua? ¿qué es el Triduo Pascua?, entre otras, déjeme contarle de forma sencilla el significado de este tiempo tan especial y tan lleno de gracia.

¿Qué es la Cuaresma?
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es importante tener claro, que el tiempo de cuaresma no nos prepara para celebrar el viernes santo o como muchos creen, que nos prepara para celebrar la semana santa, de ninguna manera es así, estos cuarenta días de gracia nos preparan para vivir en gracia y paz espiritual la fiesta solemne de la pascua; pero déjeme continuar explicando mas sobre el significado de la cuaresma.
Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo; es un tiempo especial donde la Iglesia nos reta a sacrificar parte de lo nuestro y a vivirlo con intensidad, buscar el recto camino y encontrarnos a nosotros mismos de una forma clara, contrita y sincera.


La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. Me gustaría que esto quede claro, porque hay mucha confusión con respecto a este punto, inicia con el miércoles de ceniza, en el cual todos asistimos de forma contrita y penitente a recibir sobre nuestras frentes o nuestras cabezas un poco de ceniza, signo de mortificación y arrepentimiento, signo de humildad y deseo cambiar nuestra vida, ese día se nos manda, hacer penitencia, con ayuno riguroso y oración, para entrar así en el ejercicio de la cuaresma, digo ejercicio, porque es un gran retiro espiritual en el cual todos estamos llamados a entrar de forma personal.

Es importante meditar en las palabras que sacerdote o el diácono nos dice cuando nos impone la ceniza, en nuestra frente, " Recuerda que de polvo eres y al polvo volverás" esta otra "Conviértete y cree en el Evangelio", ambas formulas son un recordatorio claro, de lo que somos, de donde venimos y hacia donde regresaremos si no convertimos nuestra vida en una vida de Cristo.
"Recuerda" esa palabra tiene gran significado este día, recuerda quien eres, recuerda que saliste del polvo, recuerda que eres barro, eres finito, y que sin Dios tendrás que volver allá.

El miércoles de ceniza, nos llama a la meditación mas clara y asidua de nuestra vida interior, de nuestra vida espiritual. La iglesia nos manda en este tiempo hacer una reconciliación clara, fuerte, oportuna, y bien llevada y dispuesta.
Las lecturas de la misa, son propicias para encontrarnos con Dios y hacer nuestra vida y nuestro trabajo oración.

A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

Es oportuno mencionar, que este tiempo esta lleno de signos y símbolos que nos invitan a meternos en el corazón de este tiempo. Durante estos cuarenta días no se entona el canto del Gloria ni el Aleluya en las celebraciones eucarísticas, a no ser que la iglesia lo interrumpa por una solemnidad especial, dedicada ya sea a Jesús o a la Virgen María, ejemplo de esto es, la Solemnidad de la Anunciación del Señor, celebrada el 25 de Marzo, que usualmente siempre cae dentro de la cuaresma.
Otros signos que se pueden ver en nuestros templos son las cortinas moradas, y los altares sin flores, para simbolizar la penitencia y la austeridad que se vive como sacrificio.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia, por ello el sacerdote y el diácono usan sus vestimentas de color morado.

Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual. En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En este tiempo, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús de igual manera aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

¿Porque 40 días?
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Sagrada Escritura. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Sagrada Escritura, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra esta marcado de pruebas y dificultades.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia.
Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

Espero haber aclarado ciertas dudas que se manejan con respecto a este maravilloso tiempo, en el siguiente articulo hablaremos sobre lo que es en si el significado del ayuno, la oración y la limosna…

Si desean preguntar o sugerir un tema en particular no duden en escribirme, a padrealexdiaz@gmail.com y con gusto, contestare y comentare su pregunta.

En Cristo Jesús.

Rev. Alexander Díaz