sábado, 9 de mayo de 2009

FELIZ DIA DE LAS MADRES

NUESTRAS MADRES UN REGALO DIVINO
Recuerdo hace algún tiempo cuando era estudiante en mis primeros años, que el mes de mayo era esperado con muchas ansias y alegría, y era por muchas razones, es el mes de las flores, el mes de las frutas, entre otros, pero una de ellas que era la más importante, era, por que en este mes se celebra el día de la madre, no se hoy, pero en esa época lo celebrábamos con que dedicación y esmero, nuestros profesores nos hacían ensayar números artísticos, y preparar poemas, canciones y organizar esa fiesta, repartir las invitaciones impresas en la dirección en aquel antiguo aparato que se giraba con la mano, luego coloreábamos el dibujo, que el profesor o profesora de estética, había dibujado con sus propias manos con mucha dedicación en la invitación, (que por cierto aun conservo una de recuerdo) para llevarla a nuestras mamás con mucha emoción y alegría; qué tiempos aquellos, verdad. Y es que, no es para menos, celebrarle a esas mujeres tan maravillosas que nos ha dado parte de su vida, que nos han regalado la maternidad en una DONACIÓN de sí mismas: en el servicio desinteresado, y la preocupación constante por nuestra vida y nuestra salud, la entrega personal, abnegada y amorosa, que cada día en nuestras vidas.Creo que son el ángel, que Dios nos regalo para plasmar su amor puro y desinteresado en nuestras vidas, y le dio un nombre muy especial, le llamamos MAMA, y es que las dotó con un corazón grande y una capacidad de perdonar y aceptarnos ilimitada, y una sabiduría innata que es única en ellas. Ellas son las únicas capaces de querernos por lo que somos no por lo que tenemos.Admirablemente es el único ser en la tierra que es capaz de arrancar su corazón por sus hijos, son mujeres de Fe, de esperanza y caridad, son mujeres de sacrificio profundo y continuo, son mujeres desinteresadas y dispuestas a darlo todo para conseguir nuestra felicidad, son un ejemplo de ese amor puro y sublime de Dios. Es por ello que como hijos debemos de estar siempre agradecidos con Dios por darnos una madre como la que tenemos, y vivir siempre agradecidos con ellas por su incansable amor y dedicación a nuestro cuidado, y esto desde que nos empezamos a formar en su vientre, y desde allí nos comenzaron a alimentar con su misma vida, con su misma alma, con su mismo amor. Todos tenemos parte de sus vidas en nuestra vida, todos tenemos parte de su ser en nuestro ser, todos tenemos su sangre y su amor en nuestras vidas, porque ellas son vicarias de Dios para transmitirnos la vida. No entiendo y nunca lo he entendido, como pueden haber hijos e hijas que no sean capaces de ser agradecidos con su madre, que las tratan mal, que las insultan, que las desprecian, que se avergüenzan de ellas por su sencillez y humildad, porque tienen esas manos curtidas y rotas por el trabajo, porque el paso de los años les ha dejado una huella infranqueable en sus rostros, en sus ojos y en su cabellos; y todo porque, por ser madres, por esforzarse para que tuviéramos lo que tenemos y para que fuéramos lo que somos, trabajaron y se esforzaron para conseguir nuestro alimento, y nuestro desarrollo y ahora tienen una mirada cansada y fatigada, pero llena de esperanza, de fe y de calidez que solo ellas pueden dar. No las ignores, no las trates mal, no las desprecies, ni las veas con recelo, recuerda que antes de tener todo lo que tienes, Dios te la regalo a ella, sintámonos orgullosos de ellas, porque ellas se sienten orgullos de nosotros, aun así hallamos cometido lo errores que hayamos cometido.Hace algunos meses aquí en la parroquia, se presento una persona y con lagrimas en los ojos, diciéndome que no hallaba como hacer porque tenía un cargo de conciencia, le pregunte porque, me contesto- porque mi madre acaba de fallecer y en vida la trate muy mal, se fue y no le pude decir lo mucho que la quería, y por mis caprichos y ambiciones le hice pasar momentos amargos, y difíciles, nunca le ayude porque creí que así me iba a aceptar mis errores y equivocaciones y la deje morir sola- y por ello quiero, me dijo, que le celebre un acto funeral de lo más elegante que pueda, y quiero enterrarla en el cementerio más caro y costoso de Arlington, con una tumba de granito y mármol… no dije nada, solo guarde silencio, pero me quede pensando, que ignorantes y necios somos los hijos con nuestra madre, creemos que somos más sabios que ellas, solo porque quizás fuimos a la universidad, o tenemos alguna que otra comodidad, cuando ellas quizás no saben leer ni escribir, y nos aconsejan o corrigen, y las vemos como desfasadas y equivocadas porque no aceptan que estemos en el error, muchos las tratan mal y hasta las explotan, y al final cuando se van, cuando Dios las reclama para sí, nos quedamos solos y con cargos de conciencia, haciendo gastos absurdos que ya no llenan nada, quieren tranquilizar su conciencia, con lapidas caras y espectáculos de dolor, cuando en vida no fueron capaces de agradecer lo mucho que les dieron. En vida hermano, en vida, ahora que la tienes con tigo, hazle sentir que la quieres, ayúdale en todo lo que este a tu alcance, sácala a pasear, dile que la quieres, regálale algo, dale ese beso que nunca le has dado, dile que te sientes orgulloso de ella, y hazla sentirse orgullosa de ti. En lo particular, yo cada día le agradezco a Dios por la madre que me dio, y me siento orgulloso de tenerla, porque soy lo que soy porque ella siempre ha estado ahí con migo, sus consejos y enseñanzas son siempre la mano de Dios en mi vida. Madres, gracias por ser como son Dios las bendiga siempre y perdónenos que nosotros como hijos a veces no valoramos su amor y su sacrificio. FELIZ DIA DE LAS MADRES, mis oraciones las ofreceré por ustedes en este día. Que Dios las bendiga.

QUINTO DOMINGO DE PASCUA

UNA VIDA FECUNDA
Jn. 15, 1-8
El texto evangélico de este domingo nos ofrece la imagen de la vid y los sarmientos. Jesucristo, la vid verdadera, y nosotros los sarmientos destinados a dar mucho fruto. Es la imagen de una vida fecunda que proviene de la unión con Jesucristo, y que es participación en la fecundidad del Servidor Resucitado. Una de las necesidades básicas del ser humano -a nivel sicológico- es la de saberse útil, de experimentar que “sirve para algo”, sin importar aún mucho para qué. Sentirnos útiles y sabernos eficaces nos conecta con el delicado aspecto de nuestra autoestima y la necesidad de ser valorados por otros. Se trata, pues, de algo bien importante y delicado en el ser humano. La necesidad de ser eficaces toca todos los ámbitos de la vida, también nuestra vida de fe y nuestro caminar como Iglesia. El texto evangélico de hoy viene a decirnos que Dios quiere que su viña produzca los frutos que Él espera, y nos señala dos condiciones para tal fecundidad: someterse a la “poda”, que es ser purificado por la Palabra (cf. Jn 15, 2 - 3), y permanecer unidos a Jesucristo como los sarmientos a la vid (cf. Jn 15, 4 - 5). Tal como la viña necesita cada año ser podada y desinfectada, así la Palabra de Dios viene constantemente a purificarnos de todo cuanto nos impide una vida fecunda. Someter nuestra vida personal y eclesial a la acción purificadora de la Palabra -frente a las búsquedas de eficacias mundanas- es el inicio de toda fecundidad: “ustedes están limpios gracias a la Palabra que les he anunciado” (Jn 15, 3). Si tal es el inicio de la fecundidad de la viña de Dios, permanecer unidos a Jesucristo es la condición indispensable. No se trata de una simple cercanía, de una evocación histórica o sentimental, de una unión retórica o de una mera pertenencia externa, formal en todo lo “institucional”. Se trata de -dice Jesucristo- de “permanecer en mí” (Jn 15, 4ss), en una íntima comunión de vida y misión. Es aquel “permanecer” que San Pablo expresará repetidamente como “vida en Cristo” -algunos estudiosos han contado hasta 164 veces que Pablo utiliza, en modos diversos, esta expresión-, de manera que en esta unión el cristiano pueda llegar a decir, en palabras de Pablo, “ya no soy yo quien vive, sino que Cristo vive en mí” (Gál 2, 20).Es un hondo paso de fe personal y eclesial entrar en la convicción que sin esta unión a Jesucristo nada podemos hacer, porque siempre experimentamos la tentación de “otras eficacias”: del poder mundano, de los medios económicos, de las influencias de los poderosos, del prestigio, del peso cultural, etc... Nada de eso puede ocupar el lugar de una “vida en Cristo”, sin la cual nos condenamos a la esterilidad según el Evangelio. La acción del Espíritu viene en nuestro auxilio, y siempre purifica a la Iglesia y a cada creyente que se somete a la Palabra. Permanecer en Jesucristo será siempre permanecer en la eficacia según Dios, la eficacia del camino del Siervo; ésta es una gracia a acoger siempre de nuevo en la respuesta de nuestra libertad.
Ser discípulo de Jesucristo es vivir como miembro vivo de la Iglesia; no es posible permanecer en Jesucristo si no es en la unión de todos los sarmientos a la vid. Permanecer en Jesucristo es permanecer en la Iglesia -la viña de Dios llamada a ser fecunda- en una comunión de vida, misión y destino.
El fruto de la unión a Jesucristo es la caridad, y sus variadas expresiones de los frutos del Espíritu (cf. Gál 5, 22). El fruto por excelencia es siempre la presencia de Jesucristo en nuestro mundo; Él es el fruto del Espíritu que se manifiesta al mundo con nuestra libre colaboración. En nuestra cultura actual, marcada -entre otras cosas- por una compulsiva búsqueda de “eficacias”, es importante que no olvidemos nunca que la persona más eficaz de toda la historia es la Virgen María -sí, tal cual-, pues es la que se somete totalmente a la Palabra (“hágase en mí según tu Palabra” Lc 1, 38) y es la que por su libre colaboración trae al mundo el fruto bendito, Jesucristo: “bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”.

viernes, 8 de mayo de 2009

PADRE ALBERTO, ¡¡LEVANTATE!! HAY MUCHO POR HACER

Como es sabido por todos en estos días hemos estados observado con desilusión y anonadamiento la tan lamentable noticia de nuestro querido Padre Alberto, digo nuestro porque es un hombre que supo ganarse el corazón de tantos y tantas cristianos católicos y no católicos en América Latina y el mundo entero, ha sido un hombre que se gano la fama por su inteligencia y entusiasmo, y ardua capacidad periodística en los medios católicos del área de Miami y a través de ahí a todo el mundo. Grandes preguntas han surgido en la mente de todos y grandes debates a despertado la noticia, muchos a favor muchos en contra, y muchos escandalizados por los ataques en contra de nuestra iglesia y de nuestra fe, pienso que lo peor que podríamos hacer es juzgar al Padre Alberto de forma despiadada e inmisericorde, ni mucho menos echarle piedras, – con esto no quiero decir que alabo el hecho de que le hayan tomado fotos a la orilla de la playa con una mujer, ni que este correcto que haya tenido una amante, por el simple hecho de que es sacerdote – lo que quiero decir es que comprendamos que es un ser humano como todos, y que los seres humanos nos equivocamos y caemos, y cometemos errores, o es que los que se están desviviendo en criticas en contra de él nunca han cometido faltas ni pecados, todos estamos propensos a cometer errores y quizás más grandes que este que ha salido a la luz pública. Es muy triste que cuando uno de nosotros cae, y comete un error los mismos laicos son los que se nos echan encima con criticas desgarradoras y condenas como si no tuviéramos derecho a equivocarnos, creo y pienso que los feligreses, los laicos deberían de entendernos como humanos que somos y ayudarnos a ser mejores sacerdotes con su amistad, su cariño y oración de manera sublime y desinteresada. Hago un llamado a todos aquellos a que tomemos estos momentos con calma, con tranquilidad, solo es un momento difícil por el que estamos pasando, no pequemos mas poniéndonos como jueces y como fiscales en contra del Padre, en vez de hacer juicios, el mismo apóstol Santiago lo dice en su carta “quien eres tú para juzgar al prójimo?”(Sant. 4,12) mejor pidamos para que el sepa tomar una decisión acertada para su vida.
En cuanto a el, si pudiera decírselo personalmente – le diría, “ no tengas miedo, es de humanos caer, pero de cristianos levantarse, eres un hermano sacerdote y como hermano no te juzgo, te perdono y te entiendo, el demonio es astuto y sabe donde atacar y cuando, no permitas que los medios que te subieron a ese pedestal, te destruyan, no estás solo, cuestas con nuestras oraciones y nuestro apoyo moral, eres también un hijo de Dios, y como tal, tienes derecho a una segunda oportunidad, y a buscar tu felicidad. Alberto levántate no te quedes ahí estancado, en tu error, hay mucho por recorrer, los hombres se equivocan, pero los hombres sabios se levantan y rectifican sus errores, levántate que tienes un pueblo que pastorear, y amigos a quien ayudar… Estas en mis oraciones. Y todos también oramos para que sepas abrir tu mente y tomar una sabia decisión.