viernes, 29 de agosto de 2008

DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO

RENUNCIA A TI MISMO Y SIGUELE
En el evangelio de la semana pasada veíamos a un Pedro, que acertó con humildad y sencillez a la pregunta que Jesús le hace, y por la claridad y veracidad de su respuesta el maestro le entrega el gobierno de lo que será hasta el día de hoy la Iglesia, un cargo que viéndolo con detenimiento no fue nada fácil. Sin embargo, creo que Pedro sintió que su posición era tan importante que atrevió a hasta hacer sugerencias al mismo maestro. Jesús les anuncia que tiene que ir a Jerusalén para padecer su pasión, y les explica todo los sufrimientos que tiene que pasar, elementos que ellos no entienden. Cuando veo a Pedro recriminando a Jesús para que no vaya a Jerusalén, me pongo a pensar que quizás yo hubiera hecho lo mismo por detenerlo, quizás el apóstol actúa mas con el sentimiento que con la razón, es precisamente lo que a muchos nos pasa, vemos el evangelio y al mismo Jesucristo mas con un sentimentalismo vacio que con una fe profunda y sementada, en su proyecto de amor para todos y cada uno de nosotros, y en muchos casos por actuar de esa forma nos volvemos en piedras de tropiezo para los otros, Jesús es claro con Pedro, cuando este trata de disuadirlo en su mensaje, “apártate de mi Satanás, tú piensas como los hombres no como Dios” son palabras duras e hirientes, pero con una verdad clara, porque cuando nos volvemos opresores u opositores de la verdad, del bien común, del crecimiento de los otros, nos convertimos en emisarios de Satanás, o sea que no solo Pedro comete este error también nosotros lo hacemos cuando con las acciones antes mencionadas y muchas otras mas nos oponemos al proyecto de Dios. Viendo Jesus, que Pedro no estaba interesado en la cruz, ni en el sufrimiento, y que desde cierto modo trababa de esquivarlo quizás en este momento, les dice “ El que quiera venirse en pos de mi, que tome su cruz y me siga…” con esto nos quiere decir que la cruz es un requisito fundamental para seguirle, si ella no podemos crecer ni entender que significa ser cristiano, ni que signifia buscar la santidad, todos en la sociedad y el mundo tenemos una cruz, diferente, totalmente diferente, solo que aquellos que no han entendido su significado viven atormentados y deprimidos a causa del peso y el dolor de esta, o, viven enojados y renegando cuando la llevan, el cristiano que a entendido el significado de la cruz, no la lleva solo, pide ayuda a Dios para poder cargarla, para poder aceptarla y abrazarla, la verdadera cruz es todo esfuerzo que cada uno acepta o se impone para ser fiel a la voluntad de Dios, y esto se hace por amor no por interés u otras razones ajenas a este amor. Porque “de que le sirve al hombre ganar el mundo si arruina su vida” hemos nacido para vivir y ser felices, y solo ganando y manteniendo nuestra fidelidad en Jesús vamos a entender el significado de la cruz.