viernes, 23 de septiembre de 2011

VIGESIMO SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

“En verdad se los digo: en el camino del reino de los cielos, los publicanos y las prostitutas andan mejor que ustedes”


(Mt.21,28-32)
Rev. Alexander Díaz


La liturgia de este domingo toca en lo profundo de nuestro corazón a todos y cada uno de nosotros en nuestro compromiso y obediencia en la vivencia del evangelio. Siempre me ha llamado la atención ver que por las parroquias pasan millares de personas de todas las edades, buscando un sinfín de servicios religiosos, sacramentos, fiestas de difuntos, misas de acción de gracias por milagros recibidos, y estos elementos me parecen fantásticos porque me hacen sentir que mi iglesia está viva y vibrante… pero me llama la atención que nadie quiere comprometerse, mas bien, da la impresión que huyen al compromiso, dan un sí a la fe, pero a medias.

Un sí creo pero no me pidas mas; siento que se quiere profesar una fe con los labios pero no con el compromiso de vida y de perseverancia incondicional. Esto viene a ser como el segundo muchacho del evangelio que dijo, “voy a trabajar” pero no fue, se quedo acomodado simple y sencillamente endulzando el oído a su padre pero no fue sincero en el actuar, es importante la escucha y la respuesta afirmativa del evangelio, con un compromiso de vida bien llevado, que traspase los limites de nuestro entorno político y social donde el compromiso se torne vivo y radiante y que la respuesta se plasme en acciones claras y concretas de justica y paz.

Siento que Jesús en la parábola de este domingo quiere dar un sentido de bien claro: lo importante no es hablar, sino hacerlo en acciones, el primer muchacho se negó a ir de entrada, fue sincero pero recapacito y fue a hacerlo más tarde con amor, el otro solo dio una respuesta por cumplimiento. Las acciones son importantes, las acciones son más convincentes cuando se hacen con amor y esmero, acuñadas con la fe solidaria del amor evangélico.

La parábola de Jesús pone al descubierto la falta de compromiso de sus interlocutores – escribas y fariseos – en la lucha por la construcción del reino y de un mundo más justo, decían seguir el mandato del Señor, pero no se comprometían con sinceridad, lo hacían a su conveniencia. Nos muestra además como los que eran considerados pecadores por ese cuerpo religioso eran, en realidad los únicos atentos a la llamada del reino.

La conversión no es un asunto de solemnes proclamas o prolongados ejercicios piadosos, sino más bien una llamada a la fraternidad porque todos somos hijos de Dios con una misión concreta que cumplir responsable y comprometidamente.

Las palabras de Jesús herían la sensibilidad de aquellos que estaban envueltos en el desarrollo cultual y religioso de aquel tiempo, que se consideraban auténticos seguidores de Dios e inigualables hombres de fe, porque colocaban delante de ellos el testimonio de aquellas personas que eran consideradas una lacra social: prostitutas y publicanos, en el mundo actual serian aquellos que según muchos no tienen una moral recta.

Los publicanos y prostitutas eran despreciados por todos porque ejercían según ellos una labor pecaminosa publica y eran una vergüenza, por ello nadie se atrevía a hablarles ni a tener ningún contacto físico, al menos en público. Me encanta Jesús porque ridiculiza todas esas valoraciones lazadas con desprecio a estos pobres de corazón por su moral mal llevada. Pero ciertamente Jesús no ve esa moral, más bien ve la hipocresía de ellos que viven en el templo pero no han entrado, su corazón esta mas frio que un pedazo de hielo, y más duro que una roca.

En los publicanos y en las prostitutas Jesús veía su humillación, un corazón mas abierto a Dios y a su perdón, menos orgulloso, y ve prepotencia en los corazones de los escribas y fariseos y sobretodo un orgullo arrogante, y nada de misericordia y comprensión para con estos pobres y marginados de la sociedad. Al final de la vida lo que importa será lo que hicimos con estos pequeños pobres y marginados.

La misericordia y el compromiso sano y santo son importantes para heredar el reino de los cielos. Si estas involucrado viva mente en tu parroquia, lee y aplica con atención y diligencia este evangelio a tu vida y busca tu propia identificación con él. Amen