sábado, 12 de abril de 2008

IV DOMINGO DE PASCUA

JESUCRISTO BUEN PASTOR.
En el cuarto domingo de Pascua, la Iglesia quiere que nos fijemos en un aspecto concreto sobre la Persona de Nuestro Señor Jesucristo: el Buen Pastor. Jesús mismo nos dice en el Evangelio que él es “el Buen Pastor, que conoce a sus ovejas, y da su vida por ellas” (Jn 10,14; 17). El señorío de Nuestro Señor Jesucristo como Buen Pastor ha sido confirmando de una vez para siempre, una vez que él resucitó del sepulcro: “El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo Testamento. Ya San Pablo, hacia el año 56, puede escribir a los Corintios: “Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce” (1 Cor 15,3-4). La Resurrección constituye ante todo la confirmación de todo lo que Cristo hizo y enseñó. Todas las verdades, incluso las mas inaccesibles al espíritu humano, encuentran su justificación si Cristo, al resucitar, ha dado la prueba definitiva de su autoridad divina según lo había prometido” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 639; 651). ¿Y cuál es la importancia que tiene para nuestra vida de cristianos el hecho de que Jesucristo sea el Buen Pastor? Significa que, es en él en quien debemos de buscar toda la verdad, que debemos de escuchar y obedecer su voz mientras peregrinamos por este mundo. Quienes crucificaron al Señor, no quisieron entender que él era, y es: “el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6), sino que por el contrario, lo consideraron como “un alborotador del pueblo” (Lc 23,14). Hermanas y hermanos, Jesucristo ha resucitado y su resurrección lo ha convertido en “el Único y Buen Pastor” de todas las ovejas. El problema de nuestro tiempo, es el mismo de ayer: No querer reconocer a Nuestro Señor como Buen Pastor. Y por lo mismo no se quiere escuchar ni obedecer su voz, incluso por los que dicen creer en él. Que Jesucristo sea el Buen Pastor, significa que nuestra vida entera tendría que ser conducida por los valores del Evangelio pues, nada que sea verdaderamente humano y bueno puede escapar al pastoreo supremo de Jesucristo. Como cristianos no podemos continuar únicamente contemplando la imagen de Jesucristo Buen Pastor sino que debemos de preguntarnos con seriedad, si Jesucristo está siendo de verdad el Buen Pastor de nuestras vidas. Cuando Dios no es lo mas importante en la vida de muchísimos cristianos, cuando los esposos no quieren vivir con seriedad el sacramento del Matrimonio; cuando los padres y madres de familia no quieren tomarse en serio la educación cristina de sus hijos; cuando en la sociedad predominan la mentira, la envidia, los odios y la violencia; y cuando en la Iglesia muchísimos cristianos, laicos y consagrados, no quieren tomarse en serio su misión de ovejas y pastores: ¿Será que Jesucristo es nuestro Buen Pastor? Y si él no lo es, ¿Quien estará pastoreando nuestra vida?.

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