viernes, 2 de diciembre de 2011

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

"Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos"

(Mc.1,1-8)
Rev. Alexander Díaz



Iniciamos hoy a leer el Evangelio según San Marcos. La palabra Evangelio significa Buena Nueva. Esto quiere que algo bueno, algo grande, algo capaz de hacernos felices, algo capaz de rebosar esta vasija de barro, todo eso y más represente el Santo Evangelio. El mensaje toca al individuo y toca a la so¬ciedad; toca al cuerpo y toca al alma, toca lo más profundo del espíritu. Una Buena Nueva que nos transforma, que nos eleva, que nos «realiza» según el plan de Dios nuestro Creador. El Portador y Consumador es Cristo, Hijo de Dios nada menos. Y la Buena Nueva nos la trae a nosotros como destinatarios directos de esta gracia.

Cosa curiosa, la Buena Nueva que debe hacernos felices comienza con un llamamiento a la penitencia, a la conversión.

Hoy día, estamos expuestos a múltiples factores de alienación y de verdadera esclavitud, a veces, es el imperio absoluto de la razón científica, mal entendida el que ahoga la dimensión de nuestro ser. Otras veces, nos instalamos en una vida superficial que nos impide llegar al corazón de nosotros mismos. Solo nos interesa la satisfacción de lo inmediato… no queda sitio para Dios.

Con frecuencia el vacío dejado por Dios viene a ser ocupado por los "dioses modernos" del dinero, el prestigio social, el sexo, la diversión, el nivel de vida, el consumo, etc. Pero la dimensión profunda de la vida queda reprimida y perturba nuestra relación con Dios y nuestra relación con los hermanos.

En estos días del Adviento hay que volver a escuchar la voz de Juan y hay que reco-nocer las propias culpas, hay que dejar los malos hábitos, hay que volver a iniciar. Un hombre suelto y libre. Sin pa¬lacios, sin ropajes, sin adornos, sin ataduras de ninguna clase, grita sin miedo a todos "Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos" (Mc.1,3) Esto significa quitar los obstáculos que impiden la llega de Dios a nuestra vida, que no bloqueemos las puertas de nuestro corazón a su presencia que viene a liberarnos. Voz de Dios en el desierto.

Esta invitación es una buena noticia que despierta una esperanza, esperanza que no es un optimismo barato, ni la búsqueda de un consuelo ingenuo, sino toda una manera de enfrentarse a la vida desde la confianza radical en Dios. Una pregunta muy frecuente es: ¿Quiénes son esos que preparan el camino del Señor?

Preparan los caminos al Señor y abren las puerta quienes se esfuerzan en "rellenar los valles y abismos", quienes con sistemático trabajo se empeñan en adquirir las virtudes que apresuran la venida del Señor a sus corazones.

Por tanto: ¡Despójate del egoísmo y apego a los bienes materiales para revestirte de actitudes de generosidad y desprendimiento! ¡Despójate de la insensibilidad frente a las necesidades del prójimo y revístete de la caridad que se hace concreta en actitudes e iniciativas de solidaridad! ¡Despójate de los chismes, de la difamación, de la calumnia, de hablar mal de personas ausentes, de palabras des edificantes o groseras para revestirte de un habla reverente, que busca la edificación de los demás!

Quien ama de verdad no soporta esperar, quisiera "ya" la presencia del amado. Si amas al Señor con todo tu corazón, "abaja los montes y colinas", quita todo obstáculo, limpia tu corazón de todo pecado, vicio o mal hábito que impide que Él venga y permanezca en ti. Al mismo tiempo, "rellena los vales y abismos", revístete de Cristo y de sus virtudes, esfuérzate en pensar, amar y vivir como Él.

No olvidemos que tal esfuerzo continuo de conversión será totalmente inútil y estéril si no acudimos incesantemente al Señor en la oración, si no recurrimos a los sacramentos en los que encontramos la gracia y fuerza necesaria, en los que encontramos al Señor mismo: "El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada." (Jn 15,5). Él hará fecundos todos tus esfuerzos, si acudes incesantemente a Él y si luchas con paciencia y perseverancia. Así pues, en medio de tus luchas y empeños, persevera en la oración diaria, en ese coloquio íntimo que es encuentro con el Señor y escucha de su palabra,

Somos renovados, somos transformados, somos hijos del Padre. Somos sus confidentes, somos sus amigos, somos herederos de su Gloria. Somos hacederos de su Reino. A todo eso llamamos Salvación y nos quedamos cortos. La Salvación opera ya desde ahora en forma admirable, pero el «Mañana», el Día Grande del Se¬ñor, nos lo revelará por completo. Hay que prepararse. Hay que hacer peni¬tencia y creer en el Evangelio. Amen





ADVIENTO TIEMPO DE ESPERANZA














Cada tiempo, en el ciclo litúrgico de la Iglesia, tiene una peculiaridad. Y así como la Pascua habla de la alegría por la victoria de Jesucristo, y la Cuaresma del esfuerzo y de la purificación sacrificada que hay que ir realizando en la propia vida para poder llegar a Cristo, el Adviento se convierte para los cristianos en un tiempo de levantar los ojos de cara a la promesa que Nuestro Señor hace a su Iglesia de estar con nosotros. El Adviento es la preparación de la venida del “Emmanuel”, es el tiempo del cumplimiento de la promesa de Dios. 

El Adviento está tocado, de una forma muy particular, por la característica de la esperanza. La esperanza como virtud que sostiene al alma, que consuela al ser humano. Teniendo en cuenta este sentido esperanzador del Adviento, creo que cada uno de nosotros tendría que reflexionar sobre el tema de lo que es la esperanza en su vida. 


Cuántos desánimos, cuántas fragilidades, cuántas decepciones, cuántas caídas y cuántos momentos de rendirse a la hora del trabajo espiritual, apostólico y familiar no tienen otra fuente más que la falta de esperanza. La falta de esperanza es fruto de una falta de fortaleza que, al mismo tiempo, es el resultado de la carencia de perspectivas de cara al futuro, que es lo acaba por hundir al alma en sí misma y le impide mirar hacia el futuro, mirar hacia Dios.

Ahora bien, la esperanza tiene dos facetas que debemos considerar de cara al Adviento. Hay una primera, que es una faceta de dinamismo. La esperanza empuja, porque es como quien ve la meta y ya no se preocupa de si está cansado o no, de si las piernas le duelen o no, ni de la distancia a la que viene el otro detrás. Sabe hacia dónde se dirige, tiene una meta presente y corre hacia ella. 

La esperanza es algo semejante a cuando uno está perdido en el campo, y de pronto ve en la lejanía un punto que reconoce: un árbol, una casa, una parte del camino; entonces, ya no le importa por dónde tiene que ir atravesando, lo único que le interesa es llegar al lugar que reconoce. La esperanza es algo que te sostiene y te permite seguir adelante sin preocuparte de las dificultades que hay en el camino. 

La segunda faceta de la esperanza es la purificación, que produce un efecto correctivo y transformador en la persona. La esperanza, al mostrarme el objeto al cual tiendo, me muestra también lo que me falta para lograr alcanzarlo. Por eso la esperanza se convierte no en una especie de resignación o de ganas de hacer algo, sino en un fermento dentro del alma. 

Si Cristo es mi esperanza, ¿qué me falta para alcanzarlo? Si la armonía de mi familia es mi esperanza, ¿qué me falta para conseguirla? Si mi hijo necesita que yo le dé este o aquel testimonio, ¿qué me falta para podérselo dar? La esperanza se convierte en aguijón, en resorte dentro del alma para que uno pueda llegar a obtener lo que espera. 

Es necesario que en nuestras vidas existan estas dos dimensiones de la esperanza: la dimensión dinámica y la dimensión de la purificación. Si nada más te quedas en el sostenerte, nunca te vas a transformar, nunca vas a llegar. Y si nada más te quedas en el transformarte, al ver lo duro, lo difícil y lo áspero de esta transformación, puedes caer en la desesperanza.
Aprendamos, entonces, a vivir en este tiempo de Adviento con la mirada dirigida hacia Cristo, que es el objeto de nuestra fe. Pidámosle al Señor que nos permita encontrarlo y recibirlo, y que nos otorgue la gracia de sostener nuestro corazón en el arduo trabajo diario de santificación.

Les invito a que con la esperanza como virtud central en este tiempo de Adviento, podamos repetir lo que dice el salmo 26: "El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?”

(Tomado de Catholic.net y escrito por P. Cipriano Sánchez LC)

miércoles, 23 de noviembre de 2011

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

“Velen y vigilen pues no saben cuándo será el momento”

(Mc.13,33-37)
Rev. Alexander Díaz

Este domingo iniciamos el tiempo del Adviento, es una palabra latina "adventus" significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor, este tiempo nos invita a esperar y a estar vigilantes ante la venida del Señor.

Esperar supone una vigilancia constante y responsable. Hay personas que esperan acontecimientos definidos en su vida. Esperan cosas de manera global a través de un golpe de suerte: ganarse la lotería, o esperan situaciones después de un esfuerzo considerable… eso está bien, para alguien que no conoce el evangelio.

Pero para un cristiano esa espera es distinta, porque nuestra espera se mueve en el presente y en el futuro. Debemos esperar no desde nuestras expectativas sino desde el ritmo que Dios va marcando poco a poco. Nuestra espera es gratuita y sobretodo segura, nuestra espera supera todo conocimiento humano.

La espera en Jesús es totalmente distinta: supone aceptar lo que ya sabemos, esperamos a Jesús el amor de los amores, el amor que destruye toda ocasión de oscuridad y pecado. Algo interesante en la liturgia de este domingo es que El Señor no nos dice cuando será su venida definitiva.

Siempre me a parecido algo irrespetuoso cuando muchos grupos se han atrevido a afirmar en varias ocasiones el fin del mundo con fechas concretas, y han llenado de miedo y de dudas a muchos que con ingenuidad han creído esas charlatanerías. La palabra de Dios no nos dice nada al respecto, solo nos invita a estar alertas y expectantes. Hay que estar alertas para descubrir el paso de Dios por nuestras vidas; alertas para descubrir el paso de Dios por nuestras vidas, para descubrir su invitación al cambio y a la conversión. Esta palabra nos invita a tres compromisos: Estar atentos, a velar y a Orar sin cesar.

Atentos para que nada nos disponga a pasar por alto la venida del señor. Hay muchas cosas que nos pueden distraer de descubrir al señor. Es relativamente fácil alejarnos de Dios e incluso ocultarnos de Él, pero es muy difícil mantenernos en Dios porque la realidad del mundo no nos ayuda en nada.

Velar, es estar despiertos, saber descubrir en la noche de la vida, en las tinieblas de nuestro yo y ver la luz de Cristo que viene. El velar significa dejarse iluminar la vida por Jesús.

Orar, esperar atentos y velando en oración. No es esperar de cualquier manera, sino en una actitud orante, de hijo de desvalido, de quien de verdad espera al Señor. Esperar orando sin desesperarse y sin perder la calma. Cuando se ora, la espera no cansa sino que adquiere sentido y transforma nuestro corazón. Quien no sabe esperar confiado en la palabra de Jesús, se desespera.

El mundo de hoy no es propenso a aconsejar la espera. Todo intenta ser rápido, comida, limpieza, arreglos, fotos, comunicación, etc. El mundo de hoy ha sido pensado para tratar lo que el ser humano ha creado. La espera del evangelio, en cambio, añade a lo más íntimo del ser humano: una persona no cambia en un día, ni de manera rápida. Una persona no puede cambiar automáticamente el corazón ni un interior, de ahí la necesidad de espera en el Señor.

El cristiano por tanto debe vivir como centinela de esperanza en la noche del mundo. Algo que debe caracterizar la vida del cristiano es su esperanza gozosa en el triunfo de Cristo sobre el mal y sobre el pecado. En verdad, son muchos los motivos de sufrimiento y de “noche” para los hombres. Los dolores morales profundos, las enfermedades, las desgracias personales, el “tedio de la vida”, las grandes catástrofes que se abaten sobre pueblos enteros. Parece que todo nos invita a perder el ánimo. Sin embargo, Cristo sale al paso de nuestra vida y nos hace presente que la noche ha sido vencida y que debemos vivir como hijos de la luz. Cristo nos invita a ser “centinelas de la mañana”, centinelas de la esperanza, pregoneros de la buena nueva de la salvación.

En este sentido habría que alimentar la capacidad de maravilla ante todo el mundo creado. El Beato Juan Pablo II afirmaba: “Es necesario abrir los ojos para admirar a Dios que se esconde y al mismo tiempo se muestra en las cosas y que nos introduce en los espacios del misterio.

La cultura tecnológica y la excesiva inmersión en las realidades materiales nos impiden con frecuencia percibir el rostro escondido de las cosas. En realidad, para quien sabe leer con profundidad, cada cosa, cada acontecimiento trae un mensaje que, en último análisis, lleva a Dios. Los signos que revelan la presencia de Dios son, por tanto, múltiples. Pero para que no se nos escapen tenemos que ser puros y sencillos como los niños (Mt. 18, 3-4), capaces de admirar, sorprendernos, maravillarnos, encantarnos con los gestos divinos de amor y de cercanía para con nosotros.

Amen





viernes, 18 de noviembre de 2011

SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO


“Vengan benditos de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes”
(Mt. 25,31-46)



Este domingo culmina el año litúrgico, y el próximo iniciaremos el tiempo de Adviento, que es la preparación a los misterios navideños. El año litúrgico tiene, como solemne final, la fiesta de Cristo Rey del Universo. 
El tema que desarrolla el evangelio de hoy  es el último acto de la historia humana o juicio final.

¿Qué mensaje nos enseña este relato del juicio final?  A pesar de todas las manipulaciones y trampas que impiden que actúe la justicia humana, al fin de los tiempos se manifestará la justicia de Dios basada sobre la verdad, que no puede ser comprada ni atemorizada. 
La impunidad del delito acobarda  a los ciudadanos honestos, y envalentona a los delincuentes. En la vida diaria parece que triunfan las fuerzas del mal. Pero se trata de un triunfo aparente, pues no podrán evitar la rendición de cuentas al final. 

Seremos juzgados por lo que hicimos o dejamos de hacer por los demás:  En la mentalidad de los fariseos, la fidelidad a Dios se medía por el cumplimiento de las numerosísimas normas y por la realización de unos ritos descritos en sus mínimos detalles.
Es el señor juez único de todas las personas y el redentor de todos. No nos habla de una divinidad abstracta y alejada del mundo sino de Dios hecho hombre que se entrego para salvarnos y se quedo disfrazado de pobre y débil a nuestro lado.

Este evangelio nos viene a recordar que el seguimiento de Jesús no es algo teórico sino practico. A Jesús no se le sigue por la mera lectura de libros o teorías más o menos convenientes. El encuentro con el Señor se da en la vida diaria, en cada rincón del mundo y en nuestro interior.

Hay personas que están sumamente preocupadas de que llevan en sus manos cuando se presenten ante Dios; son las buenas obras las que quieren determinar el encuentro. Cuanto más buenas obras hagamos, más cerca de Dios estaremos. Y me parece justo lo contrario. No me refiero al no hacer obras buenas. Las obras buenas son un distintivo clarísimo del cristiano.

La fe y las obras deben ir unidas en una síntesis bien entendida del evangelio. Me refiero a que la vida del cristiano no es un acumular obras buenas para presentarlas al Señor para que El vea quienes somos, sino que estas obras tienen que ir acompañadas por una entrega total y con un amor sublime. No hacer estas obras solo porque está escrito en el evangelio y hay que hacerlas sin que ni para qué. Darnos, desangrarnos y entregarnos a ese jesus sin ir esperando la recompensa final, sino solo por amor.
Para los seguidores de Cristo, la fidelidad a Dios se mide por el amor a los hermanos. Los dos mandamientos – el amor a Dios y a los hermanos – quedan integrados en un solo mandamiento porque el amor al prójimo es el amor a Dios mismo.



Este evangelio es una prueba irrefutable de que la fe no se puede reducir a una vivencia individual sino que tiene una dimensión social: “Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber” (Mt.25,34)

Jesús, Señor y Juez del universo, hace una afirmación sorprendente: “Yo les aseguro que cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos conmigo lo hicieron”. Jesús se identifica con los débiles“ La situación de extrema pobreza generalizada, adquiere en la vida real rostros muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela:



El mensaje en este Domingo dedicado a Jesucristo Rey del Universo es claro: nuestro comportamiento será evaluado en razón de la solidaridad que hayamos manifestado con los que sufren. La expresión contemporánea para referirse a la “parábola de los talentos” es “responsabilidad social”: de las personas, de las empresas, de las universidades, de los colectivos sociales.

Que el día que muera quiero presentarme ante Dios con las manos vacias, pero vacías porque todo lo que se nos dio, se lo dimos a aquellos en los cuales El se nos presento y decirle: Señor, me diste alegría y la sembré en los demás, inteligencia y la puse al servicio desinteresado de los otros, esperanza y la entregue al que la necesitaba.  El repertorio con el que vamos a presentarnos ante Dios no es lo que tenemos, ni lo que hemos hecho. Lleguemos vacios ante Dios, suplicantes, pobres, porque entregamos todo para suplir las necesidades de los otros. Y El será nuestro dador para toda la eternidad. Amen 

lunes, 14 de noviembre de 2011

EDUCACION VRS. ACOMODAMIENTO SOCIAL



El día de ayer domingo, Jesús nos hablaba en el evangelio sobre la parábola de los talentos, sobre un hombre rico que se fue de viaje y le encomendó a tres de sus empleados diferentes sumas de dinero a cada uno, al primero le dio cinco denarios, al segundo dos y al tercero uno, los primeros dos los pusieron a trabajar, mientras que un tercero tuvo miedo y lo enterró… a simple vista es un evangelio muy bonito y muy fácil de explicar y ciertamente lo es, no es difícil de encontrar el significado.

A muchos no les pareció que fuera enfático en la explotación de los talentos que Dios nos ha dado para que pongamos a trabajar y a desarrollar, y uno de esos talentos es la educación, todos tenemos la capacidad de educarnos y de superarnos, pero tristemente muchos en la actualidad hemos caído en un aburrimiento desmedido y dependiente, estamos creando una subcultura de dependencia y no queremos pensar y analizar cómo construirnos más y como aportar más para el enriquecimiento social, me preocupa que nuestra comunidad hispana no está soñando lo suficientemente como para poder comenzar a avanzar en la conquista de sus propios derechos.

Estoy más que seguro que la única forma de conquistar el éxito y de sofocar el poder racista y anti inmigrante es educarnos y formarnos para responder a las toscas acusaciones y discursos vacios en contra nuestra de parte muchos senadores y personas pudientes en este país, solo así lograremos conquistar y cultivar mejor este país.
El presidente John F. Kennedy decía que “La educación es la clave del futuro. La clave del destino de los hombres y de su posibilidad de actuar en un mundo mejor” y que razón tiene esta frase. 

La formación intelectual, espiritual y moral hace que seamos libres y que demos las respuestas acertadas a los cuestionamientos desacertados y vacios, pero me da la impresión que muchos actualmente vivimos amodorrados y perezosos sin tener sueños de conquista y superación.

Cuando Nelson Mandela llego a la presidencia le dijo a su nación que “La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación que la hija de un campesino puede convertirse en médico, que el hijo de un minero puede convertirse en jefe de la mina, que un niño de los trabajadores agrícolas pueden llegar a ser el presidente de una gran nación. 

No estamos lejos de poder cumplir este sueño solo basta con poner algo de nuestra parte y comenzar a pisar las escuelas y universidades, tanto de nuestra parte como también de nuestros hijos, animarlos a que estudien a que se formen, a que conquisten el mundo con los libros, la única espada permitida para la lucha es la de los libros y la de la formación educada libre y pensante,  porque creo que como sociedad  debemos cuestionarnos seria y hondamente qué tipo de educación queremos proveer a nuestros hijos y a nuestro futuro y qué tipo de ciudadanos queremos. ¿Esclavos se puedan manipular fácilmente y que se conviertan en masa que se aliena con facilidad o seres humanos educados  libres y pensantes? Acomodarse no cuesta nada, educarnos es más difícil pero no imposible… Anímate y comienza a planteártelo. 

jueves, 10 de noviembre de 2011

TRIGESIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

“Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez…”
Mt. 25,14-30
Rev. Alexander Diaz

El evangelio de este domingo nos invita a reflexionar sobre el uso que hacemos de nuestra libertad, y plantea lo referente a la rendición de cuentas. Lo hace utilizando unas imágenes y un lenguaje de hace dos mil años. Quiero invitarlos a que exploremos esta parábola de los talentos que, más allá de un estilo que puede parecer un poco arcaico, plantea temas de enorme actualidad.

Según nos relata el evangelista Mateo, tres empleados de confianza recibieron un dinero de su jefe poco antes de que éste iniciara un viaje. A su regreso, el jefe pidió cuentas de los resultados obtenidos. Se trata de una simple “rendición de cuentas”, que es una práctica corriente en el mundo de los negocios.

Al leer el texto de la parábola, es fácil descifrar el lenguaje simbólico que utiliza el evangelista:

El amo de este relato, a quienes los criados llaman “señor”, es Cristo, que se ha ausentado después de la resurrección y que volverá al final de los tiempos.

Los “talentos” o “millones” recibidos en consignación son los carismas que cada uno de nosotros posee y las tareas que él nos ha asignado a cada uno. Nadie ha venido a este mundo sin ningún carisma, esos talentos están escondidos en nosotros y tenemos que desarrollarlos y ampliarlos para el desarrollo del contorno social, expandir nuestros propios horizontes, con fe, con entuciasmo, con pasión, y con el amor que Dios a plantado en nuestros corazones.

El “rendimiento de cuentas” es el juicio final, en el cual cada uno será evaluado según los resultados obtenidos, esta evaluación se dara cara a cara con Dios, nos dice la teología y la tradición de la Iglesia, es una evaluación de acuerdo a como nosotros vivimos nuestra vida, como usamos nuestra libertad y que tanto fuimos capaces de ir mas a allá del mínimo esfuerzo.

El diverso comportamiento de los empleados muestra diversas maneras de vivir la fe cristiana. Veamos qué modelos de comportamiento aparecen en el relato.

La eficacia de los dos primeros empleados es el resultado de asumir la fe, no como un discurso teórico, sino como un compromiso de servicio y transformación de la sociedad a la luz de los valores anunciados por Jesús. Hay tanto que hacer en este mundo y tan pocos que quieren aportar y ayudar a este desarrollo.

En muchos de los casos siento que la sociedad ha perdido la iniciativa por mejorarse, por duplicar y facilitar mejor la construcción de la paz, de la libertad, de la alegría sana y con sentido de vivir en armonía. Estos dos primeros personajes representan a aquellos que se ponen a trabajar imaginando como lo haría el dueño de la empresa. Pregúntate que haría Jesucristo si estuviera en tu lugar en este momento, que respuestas le daría a aquellos que cuestionan nada más, como facilitaría mejor la vida a aquellos que no le encuentran sentido.

Jesús a través de los talentos que te nos a dado y que hemos puesto a trabajar, quiere dar respuesta a todas esas preguntas y construir una sociedad que no se estanque, que no se acomode a vivir dependiente, sino a iniciar una aventura que transforme y haga soñar, vivir las realidades cristianas. Esa realidad y esas respuestas que hoy se exigen están presentes en usted y yo.

En cambio, el tercer empleado estuvo paralizado por el temor, y sus prejuicios e imaginarios le impidieron actuar. El miedo es uno de los peores enemigos de nuestra vida, porque no nos deja crecer por miedo al que pasara, o por miedo al que diran, o por miedo a equivocarnos. Pienso que ninguno de esos tres elementos debe detener nuestra marcha hacia nuestro desarrollo persona.

El tercer criado no fue capaz de desarrollar su talento por miedo a equivocarse, no fue capaz de desafiarse así mismo, no fue capaz de romper su propia barrera… Rompamos las barreras del miedo y saquemos fuerzas de lo débil, cuantas cosas hemos dejado de hacer o a medias simple y sencillamente porque tememos a los que están a nuestro lado. No tengas miedo, camina y no veas hacia atrás.

Esta parábola de los talentos es una manera de plantearnos dos estilos diferentes de vida cristiana:

Por una parte, la vida de fe se presenta como una tarea de transformación de la realidad. Dios cuenta con nuestra colaboración, necesita nuestros labios para seguir anunciando su buena noticia, necesita nuestras manos para seguir apoyando; nos pide que lo hagamos presente en todos los lugares.

Por otra parte, la parábola nos muestra el triste espectáculo de creyentes que permanecen pasivos ante las necesidades de la Iglesia y de la comunidad. No hablan, no hacen. Para estas personas, la fe es una experiencia absolutamente individual, que se produce en lo íntimo de la conciencia y que no trasciende a la vida social. Se limitan a ser buenos en su ámbito individual.

Que esta “parábola de los talentos” nos ayude a tomar conciencia de los carismas recibidos y de la responsabilidad social que pesa sobre cada uno de nosotros. Debemos rendir cuentas ante nuestra conciencia, ante la sociedad y ante Dios de los carismas recibidos. También nosotros escucharemos las palabras “te felicito, siervo bueno y fiel” o la condena “siervo malo y perezoso”. Usemos responsablemente las posibilidades que nos da nuestra libertad.



lunes, 7 de noviembre de 2011

EL PROPÓSITO DE DIOS DETRÁS DE LOS PROBLEMAS



La vida es una oportunidad para resolver problemas. Los problemas que enfrentamos nos derrotan o nos desarrollan dependiendo de cómo respondamos a ellos. Solo tenemos dos opciones a escoger:
1. Podemos pretender ignorarlos  2. Reconocerlos, aprender y crecer
 Enfrentar los problemas desde la segunda opción, nos permite ver a los problemas como oportunidades. Desafortunadamente, la mayoría de las personas fallan en ver como Dios desea utilizar esos problemas para bien de nosotros.
Las reacciones apresuradas, el abandono, los resentimientos, son algunas de nuestra respuestas a los problemas que detienen el proceso de crecimiento, en lugar de considerar el beneficio del problema. Cada adversidad la podemos cambiar o transformar de amargura a un beneficio, ¡La elección es nuestra!
En Biblia encontramos la siguiente recomendación: Entonces dijo así el Señor: Si vuelves, yo te restauraré, en mi presencia estarás; si apartas lo precioso de lo vil, serás mi portavoz. Que se vuelvan ellos a ti, pero tú no te vuelvas a ellos (Jeremías 15:19 LBLA).
Dios desea que aprendamos a sacar cosas preciosas, lo mejor de entre lo vil o difícil. Todo proceso de maduración requiere TIEMPO y Dios lo tiene. El tiempo en si mismo no hace madurar a nadie, solo las responsabilidades. Las adversidades nos enseñan mas que los éxitos. Las personas que ven los problemas como oportunidades, es porque han desarrollado las capacidades necesarias y porque han pagado un precio.
Veamos cinco formas en las que Dios usa los problemas en nuestras vidas.
1. Dios usa los problemas para darnos DIRECCIÓN. Algunas ocasiones Dios enciende un fuego debajo de nosotros para que continuemos en movimiento. Los problemas frecuentemente nos apuntan a una nueva dirección y nos motivan a cambiar, nos desafían a aprender nuevas habilidades, nos sacan de nuestra comodidad o “status quo”. Es Dios tratando de llamar nuestra atención.
En ocasiones es una situación dolorosa, para hacernos cambiar nuestro camino, ¿porqué sucede así? simplemente porque Dios nos ama. La Biblia dice: La maldad se cura con golpes y heridas; los golpes hacen sanar la conciencia (Proverbios 20:30 DHH). Cuando reconocemos a Dios en nuestros caminos, nuestro corazón será y estará agradecido. …los que aman a Dios TODAS las cosas ayudan a bien…. (Romanos 8:28 RV60).

2. Dios usa los problemas para INSPECCIONARNOS. Las personas somos como bolsas de Té. Si quieres saber que es lo que hay dentro de ellos, ¡Solo sumérgelos en agua caliente!
Dios quiere tratar con nuestro orgullo, y es bueno que entendamos que él hizo al hombre para su deleite y no a la inversa. ¿Ha probado Dios tu fe con algún problema? ¿Qué es lo que revelan los problemas acerca de nosotros? La Biblia dice: Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia ha de tener su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada (Santiago 1:2-4 LBLA).
Cuando no actuamos con integridad, tarde o temprano se revertirá el engaño. ¿Quién aprende en la teoría? Lo cierto es que nadie, es en las pruebas y a través de las pruebas donde crecemos. Así que recuerda, cada problema y adversidad es una oportunidad para triunfar y ser vencedor.
 3. Dios usa los problemas para CORREGIRNOS. Algunas lecciones solo las aprenderemos a través del dolor y los fracasos. Es como aquel niño que le dicen sus padres que no toque el horno caliente, y este lo hace y sufre las consecuencias de la desobediencia.
Algunas veces aprendemos el valor de algo solo al perderlo, como la salud, el dinero, las relaciones entre otras cosas. Una lección en este punto es aprender a valorar a las personas que pensamos están en nuestra contra. ¿Puedes creer que muchas de éstas personas son un instrumento divino para tu crecimiento? La Biblia dice: Bueno es para mí ser afligido, para que aprenda tus estatutos. Mejor es para mí la ley de tu boca que millares de piezas de oro y de plata. (Salmo 119:71-72 LBLA).
El hierro con hierro se afila, y un hombre aguza a otro hombre (Proverbios 27:17 LBLA). Esta verdad también aplica a los que estamos casados. Si estás casado, ¿sabias que Dios puso a cada uno de nuestros cónyuges para afilarnos en nuestro carácter? pero lo que hacemos regularmente es huir de los problemas y relaciones pensando que esa es la mejor opción.
Si trabajas, ¿podrías creer que tu jefe es una herramienta de Dios para construir carácter en tu vida? Sin embargo, muchos buscan la independencia simplemente para librase de la autoridad y como consecuencia no bendición ni crecimiento, nos convertimos en unos anarquistas y aún así nos revelamos contra Dios y sus autoridades delegadas.
4. Dios usa los problemas para PROTEGERNOS. Un problema puede ser una bendición para distinguir, reconocer y prevenirnos de problemas mayores. Un ejemplo vivo es la vida de José el hijo de Jacob. Por envidias sus hermanos lo vendieron como esclavo, estuvo en la cárcel, sin embargo el se mantuvo firme creyéndole a Dios. Ya como líder en Egipto pudiendo tomar venganza de sus hermanos el dice: Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a mucha gente (Génesis 50:20 RV95). Solo Dios puede hacer que las cosas adversas se transformen en bendición.
Cuando salimos de la cubierta de autoridad tenemos que aprender a pagar las consecuencias. ¿Por qué fueron instituidas las leyes? Para tener orden y convivencia. La libertad no consiste en hacer lo que me venga en gana, si ni en hacer lo que es correcto. ¿Qué es lo correcto? Lo que Dios manda. Si no tenemos un punto de referencia ¿como podemos localizar un punto en el espacio? Si no conocemos de Dios, ¿quien es entonces nuestra autoridad? “Y seréis como Dioses” fue la frase que Satanás usó para seducir y hacer tropezar a la primer pareja en el huerto del Edén.
Los problemas nos llaman a estar bajo la cubierta de autoridad.
5. Dios usa los problemas para MADURARNOS. ¿Cómo se alcanza la madurez? Algunos dicen que con el tiempo, bueno con el tiempo solo te haces viejo y mañoso. Otros arguyen que la madurez se alcanza a través del conocimiento, hoy tenemos mucho conocimiento, pero poca moralidad y la baja moralidad produce alta mortalidad.
Sin lugar a duda, lo cierto es que la madurez se alcanza a través de los problemas resueltos con responsabilidad. Nuestro carácter es edificado cuando respondemos correctamente ante las adversidades de la vida. ¿Sabías que Dios está mas interesado en construir carácter en tu vida, que en tu comodidad y confort?
Es en el laboratorio de la pruebas donde descubrimos nuestra verdadera naturaleza y la profundidad de nuestro carácter. La gente puede hablar mucho de si misma pero es en las pruebas cuando se descubre quién está con nosotros y en quién hemos creído.
La relación con Dios y el carácter son las dos cosas que tomaremos y llevaremos a la eternidad. El apóstol Pablo escribiendo a la iglesia en Roma les dice: Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;  y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza (Romanos 5:3-4 LBLA). 
 Otro resultado del proceso de maduración es el crecimiento espiritual, porque las adversidades son las que van forjando la fortaleza interior de la persona. El punto es: Dios está trabajando en nuestras vidas, aún cuando no le reconozcamos o entendamos, sin embargo es mas fácil y provechoso cuando cooperamos con él. Lee las siguientes citas Bíblicas y toma un tiempo de oración con Dios
 Este articulo fue escrito Por Saul Montes, en el blog http://centrovidafamiliar.wordpress.com

viernes, 4 de noviembre de 2011

DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO

“Que llega el esposo salid a recibirlo”
(Mt.25, 1-13)
Rev. Alexander Diaz


Es indispensable adquirir aquella sabiduría que nos dispone para el encuentro definitivo con Dios Nuestro Señor. La liturgia de hoy nos prepara de modo mediato para la solemnidad de Cristo Rey del Universo. La primera lectura hace un elogio de la sabiduría y subraya que aquel que la busca la encuentra. No está, por tanto, lejos de nosotros. Si queremos, podemos hallarla.

Esta sabiduría no consiste propiamente en un grande cúmulo de datos científicos, sino es más bien una sabiduría basada en Dios. Es un conocimiento profundo y experiencial de Dios y de su amor; un conocimiento claro de sí mismo y de los hombres, mis hermanos. El evangelio también nos habla de la sabiduría y de la prudencia de las vírgenes bien preparadas para la llegada del esposo. Se compara el Reino de los cielos a un banquete nupcial, y se subraya la necesidad de estar preparados porque no sabemos con exactitud la hora de la llegada del esposo.

Las vírgenes son sabias porque han sabido prepararse adecuadamente, llevando consigo una buena cantidad de aceite que mantenga encendida su lámpara. Las otras vírgenes son insensatas porque se lanzaron improvisadamente por los caminos de la vida; no advirtieron que el esposo podía tardar; no se dieron cuenta que el tiempo podía hacer mella sobre sus ilusiones y esperanzas, y así, advirtieron con espanto que cuando ya se oye la voz del esposo, no hay aceite en su alcuza. No están preparadas para emprender la procesión final que conduce a la casa del esposo.

Era una tradición judía acompañar a los novios desde la casa de los padres de la esposa hasta el hogar del esposo. Se organizaba una procesión festiva con lámparas y cantos. Era, pues, necesario que las vírgenes o doncellas tuvieran su lámpara encendida para acompañar debidamente al esposo que llegaba. Se trata de una actitud de vigilancia, una disposición del ánimo y del espíritu para salir al encuentro del Señor que está por llegar. El objetivo es mantener la lámpara encendida; mantener la confesión de la fe en Jesucristo nuestro salvador; mantener el gozo de la esperanza; mantener el ardor de la caridad hasta el último instante de nuestra vida. Por el contrario, ser insensato significa “ir al encuentro de los últimos acontecimientos de la vida, sin estar convenientemente preparado”, dejando morir en el corazón el amor primero.

Cuál es, se pregunta uno, este aceite que mantendrá mi lámpara encendida para la venida de Cristo? Y la respuesta no puede ser otra sino el amor. El amor ardiente y generoso que mantiene el alma vuelta hacia Dios y hacia sus hermanos los hombres. El amor que es donación de sí mismo. El amor que consiste en descubrir en cada hermano la imagen misma de Cristo. Es el amor que triunfa sobre el pecado, el egoísmo y la soberbia. Es el amor que es la “más grande de todas las virtudes”. Si deseas estar preparado para la venida del Señor, dispón tu alma para amar, para “permanecer en el amor” (cf. Jn 15,,9), porque al “atardecer de la vida te juzgarán sobre el amor”. En efecto, nos dice la Escritura que quien no ama, permanece en la muerte (cf. Jn 3,14).

La parábola también nos indica que esta sabia preparación para la llegada del esposo es un asunto personal. Cada uno debe prepararse, porque cuando llegue el esposo no será posible intercambiar las alcuzas o pasar el aceite de una a otra. Cada uno es responsable de sí mismo y deberá ir preparando su alma para el encuentro definitivo con Dios. Veamos que no es poca la responsabilidad que tenemos en las manos.

Hemos sido creados por Dios por amor y nos dirigimos incesantemente hacia Él. Sería insensato vivir como si Dios no existiese, como si nuestra vida no fuera pasando minuto a minuto, como si después de la muerte no estuviese el banquete celestial y la posesión eterna de Dios. Veamos que una de las tentaciones más fuertes del hombre moderno, y también del cristiano, es la de reducir sus esperanzas únicamente a aquello que es terreno y mundano.

Un hombre sin horizonte de eternidad. ¡Como si la eternidad no existiese y no estuviese cada momento más cerca de nosotros! Avivemos nuestro espíritu, dejemos toda somnolencia o pereza; mantengamos firme la confesión de la fe porque ¡el esposo está por llegar! Se retrasa, pero llegará. Revisemos nuestras alcuzas, revisemos nuestras almas y si no hay aceite, y si no hay amor, no sigamos adelante, pongamos manos a la obra, porque al atardecer me juzgarán del amor.

jueves, 3 de noviembre de 2011

¿ERES UN AGUILA O UN PATO RUIDOSO? TU DECIDES...



Uno de mis amigos me envió esta reflexión a mi pagina de facebook, me pareció interesante porque fue una de las cosas que mi abuelo me decía siempre, debes de ser águila, el no decía pato, sino gallina, pero entiendo que ambos animales son torpes, el pato vuela, pero no puede estar en silencia, la gallina nunca pasa de lo mismo, pero para que te digo algo si puedes tu mismo sacar tus conclusiones de esta historia, espero te guste.



Rodrigo estaba haciendo fila para poder ir al aeropuerto. Cuando un taxista se acercó, lo primero que notó fue que el taxi estaba limpio y brillante. El chofer bien vestido con una camisa blanca, corbata negra y pantalones negros muy bien planchados, el taxista salio del auto dio la vuelta y le abrió la puerta trasera del taxi.  
Le alcanzo un cartón plastificado y le dijo: yo soy Willy, su chofer. Mientras pongo su maleta en el portaequipaje me gustaría que lea mi Misión.  
Después de sentarse, Rodrigo leyó la tarjeta: Misión de Willy: “Hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera mas rápida, segura y económica posible brindándole un ambiente amigable”

Rodrigo quedo impactado. Especialmente cuando se dio cuenta que el interior del taxi estaba igual que el exterior, ¡¡limpio sin una mancha!!  

Mientras se acomodaba detrás del volante Willy le dijo, “Le gustaría un café?  
Tengo unos termos con café regular y descafeinado”. Rodrigo bromeando le dijo:
“No, preferiría un refresco” Willy sonrío y dijo: “No hay problema tengo un hielera con refresco de Cola regular y dietética, agua y jugo de naranja”. Casi tartamudeando Rodrigo le dijo: “Tomare la Cola dietética”

Pasándole su bebida, Willy le dijo, “Si desea usted algo para leer, tengo el Reforma, Esto, Novedades  y Selecciones…”

Al comenzar el viaje, Willy le paso a Rodrigo otro cartón plastificado, “Estas son las estaciones de radio que tengo y la lista de canciones que tocan, si quiere escuchar la radio”  

Y como si esto no fuera demasiado, Willy le dijo que tenia el aire acondicionado prendido y preguntó si la temperatura estaba bien para él. Luego le avisó cual seria la mejor ruta a su destino a esta hora del día. También le hizo conocer que estaría contento de conversar con él o, si prefería lo dejaría solo en sus meditaciones. ...    

“Dime Willy, -le pregunto asombrado Rodrigo- siempre has atendido a tus clientes así?”  

Willy sonrió a través del espejo retrovisor. “No, no siempre. De hecho solamente los dos últimos dos años. Mis primero cinco años manejando los gaste la mayor parte del tiempo quejándome igual que el resto de los taxistas. Un día escuche en la radio acerca del Dr. Dyer un “Gurú” del desarrollo personal.  El acababa de escribir un libro llamado “Tú lo obtendrás cuando creas en ello”. Dyer decía que si tu te levantas en la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo
tendrás, muy rara vez no se te cumplirá. El decía: Deja de quejarte. Se diferente de tu competencia. No seas un pato. Se un águila. Los patos solo hacen ruido y se quejan, las águilas se elevan por encima del grupo”.

“Esto me llego aquí, en medio de los ojos”, dijo Willy. “Dr. Dyer estaba realmente hablando de mi. Yo estaba todo el tiempo haciendo ruido y quejándome, entonces decidí cambiar mi actitud y ser un águila. Mire alrededor a los otros taxis y sus chóferes… los taxis estaban sucios, los chóferes no eran amigables y los clientes no estaban contentos. Entonces decidí hacer algunos cambios. Uno a la vez. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios”.  

“Se nota que los cambios te han pagado”, le dijo Rodrigo.  
“Si, seguro que si”, le dijo Willy. “Mi primer año de águila duplique mis ingresos con respecto al año anterior. Este año posiblemente lo cuadruplique.
Usted tuvo suerte de tomar mi taxi hoy. Usualmente ya no estoy en la parada de taxis. Mis clientes hacen reservación a través de mi celular o dejan mensajes en mi contestador. Si yo no puedo servirlos consigo un amigo taxista águila confiable para que haga el servicio”.

Willy era fenomenal. Estaba haciendo el servicio de una limusina en un taxi normal.

Posiblemente haya contado esta historia a mas de cincuenta taxistas, y solamente dos tomaron la idea y la desarrollaron. Cuando voy a sus ciudades, los llamo a ellos. El resto de los taxistas hacen bulla como los patos y me cuentan todas las razones por las que no pueden hacer nada de lo que les sugería.  

Willy el taxista, tomo una diferente alternativa:  

El decidió dejar de hacer ruido y quejarse como los patos y volar por encima del grupo como las águilas.  

No importa si trabajas en una oficina, en mantenimiento, eres maestro, Un servidor publico,"político", ejecutivo, empleado o profesionista, ¿Cómo te comportas? ¿Te dedicas a hacer ruido y a quejarte? ¿Te estás elevando por encima de los otros?

Interesante la historia, verdad, ahora tu decides que quieres ser, adelante, camina o vuela, pero no seas pato ni gallina, se un aguila.