viernes, 21 de marzo de 2008

SABADO SANTO

EL GRAN SILENCIO DEL SABADO SANTO, JUNTO AL SEPULCRO DE JESUS.
Siempre que alguien muere se hace un vacío, se crea un silencio. Al menos por unos instantes se suspende todo pensamiento, se ahoga toda palabra, se sofoca toda pasión. Antes de los llantos y sollozos, antes de las plegarias o los gritos, antes de las condolencias y los pésames, la muerte impone un silencio.

Cuando Cristo muere, un gran silencio envuelve la tierra... Un gran silencio porque el Rey duerme. La tierra está tenebrosa y sobrecogida, porque Dios ha dormido en la carne... Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción al abismo.” Así lo expresa una antiquísima homilía sobre el grande y santo Sábado.

La muerte del Dios hecho hombre estremeció los cielos y sacudió la tierra. Ese día hubo oscuridad sobre toda la tierra. El velo del templo de Jerusalén se rasgó en dos de arriba abajo. Tembló la tierra y las rocas se hendieron. Qué bien lo describe aquel verso:

“Nunca tan adentro
tuvo al sol la tierra.
Daba el monte gritos
piedra contra piedra”.

Quizá hizo falta todo eso porque muchos corazones humanos no experimentaron aquel día ni la más mínima conmoción ante tamaño acontecimiento. Lo que no sintieron ni de lejos algunas criaturas racionales, lo entendió sobradamente el resto de la creación, no pudiendo contener su reacción.

Tristemente también hoy bastantes personas viven la muerte de Cristo inconscientes de lo que se conmemora. No les pasará por la mente que Cristo expira en la cruz por amor ellos. No les dirá nada el que Dios mismo yazca muerto en una tumba, porque quiso hacerse hombre mortal como nosotros.

Pienso que tal vez ya no hará falta que hoy se repita aquello de las tinieblas y los terremotos sobre el globo terráqueo. Porque no faltarán densas oscuridades y hondos quebrantos en el alma de los que viven al margen de Cristo, por más que reposen bajo un sol espléndido y con aparente serenidad...

Así es, la muerte hace un silencio en la vida del hombre, pero no es aún la última palabra. La última palabra será la resurrección alcanzada por Cristo para todos.

Mañana el sepulcro de Cristo volverá a estar vacío.

jueves, 20 de marzo de 2008

EL SOPORTO NUESTROS SUFRIMIENTOS Y AGUANTO NUESTROS DOLORES....



Por sus llagas hemos sido curados (Is.53,5)

VIERNES SANTO. JESUS MUERE PARA DARNOS LA VIDA.



LA VIA DOLOROSA, Para que reflexionemos en nuestros pecados.
Por tu dolorosa Pasion ten misericordia de Nosotros y del mundo entero

VIERNES SANTO

UN DIA PARA MEDITAR EN EL SACRIFICIO DE CRISTO

La tarde del Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza.
Con la Pasión de Jesús según el
Evangelio de Juan contemplamos el misterio del Crucificado, con el corazón del discípulo Amado, de la Madre, del soldado que le traspasó el costado.
San Juan, teólogo y cronista de la pasión nos lleva a contemplar el misterio de la cruz de Cristo como una solemne liturgia. Todo es digno, solemne, simbólico en su narración: cada palabra, cada gesto. La densidad de su Evangelio se hace ahora más elocuente.


Y los títulos de Jesús componen una hermosa Cristología. Jesús es Rey. Lo dice el título de la cruz, y el patíbulo es trono desde donde el reina. Es sacerdote y templo a la vez, con la túnica inconsútil que los soldados echan a suertes. Es el nuevo Adán junto a la Madre, nueva Eva, Hijo de María y Esposo de la Iglesia. Es el sediento de Dios, el ejecutor del testamento de la Escritura. El Dador del Espíritu. Es el Cordero inmaculado e inmolado al que no le rompen los huesos. Es el Exaltado en la cruz que todo lo atrae a sí, por amor, cuando los hombres vuelven hacia él la mirada.

La Madre estaba allí, junto a la Cruz. No llegó de repente al Gólgota, desde que el discípulo amado la recordó en Caná, sin haber seguido paso a paso, con su corazón de Madre el camino de Jesús. Y ahora está allí como madre y discípula que ha seguido en todo la suerte de su Hijo, signo de contradicción como El, totalmente de su parte. Pero solemne y majestuosa como una Madre, la madre de todos, la nueva Eva, la madre de los hijos dispersos que ella reúne junto a la cruz de su Hijo. Maternidad del corazón, que se ensancha con la espada de dolor que la fecunda.

La palabra de su Hijo que alarga su maternidad hasta los confines infinitos de todos los hombres. Madre de los discípulos, de los hermanos de su Hijo. La maternidad de María tiene el mismo alcance de la redención de Jesús. María contempla y vive el misterio con la majestad de una Esposa, aunque con el inmenso dolor de una Madre. Juan la glorifica con el recuerdo de esa maternidad. Ultimo testamento de Jesús. Ultima dádiva. Seguridad de una presencia materna en nuestra vida, en la de todos. Porque María es fiel a la palabra: He ahí a tu hijo.

El soldado que traspasó el costado de Cristo de la parte del corazón, no se dio cuenta que cumplía una profecía y realizaba un último, estupendo gesto litúrgico. Del corazón de Cristo brota sangre y agua. La sangre de la redención, el agua de la salvación. La sangre es signo de aquel amor más grande, la vida entregada por nosotros, el agua es signo del Espíritu, la vida misma de Jesús que ahora, como en una nueva creación derrama sobre nosotros.

Liturgia y Tradición de la Iglesia
Según una antiquísima tradición, la Iglesia no celebra los sacramentos en este día ni el siguiente. El altar debe estar desnudo por completo: sin cruz, sin candelabros, sin manteles.
Ayuno y abstinencia se incluyen como precepto a obedecer, como lo dice el Código de Derecho Canónico en el número 1251, 1252 y 1253, en el cual los días de guardar ayuno y abstinencia son el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Las edades son de 14 a 59 años.

El ornamento sacerdotal para esta solemnidad es color rojo.
La primera parte es la Liturgia de la Palabra y la Oración Universal. Se lee la Pasión del Señor según el Evangelio de San Juan.

La segunda parte es la Adoración de la Cruz: el leño del Calvario no es sólo un suplicio, sino sobre todo la cruz exaltada. El celebrante, los ministros y los fieles van a postrarse sucesivamente delante del crucifijo en señal de adoración de Cristo, triunfante por la Cruz.

La tercera parte es la Sagrada Comunión se distribuye únicamente a los fieles dentro de la celebración de la Pasión del Señor; a los enfermos, que no pueden participar en dicha celebración, se les puede llevar a cualquier hora del día.

miércoles, 19 de marzo de 2008

JUEVES SANTO

LA MISA DE LA CENA DEL SEÑOR

La celebración del Jueves Santo está centrada en la institución de la Eucaristía en la que la Iglesia descubre y celebra la actitud de amor fraterno de Cristo que se continúa en el servicio de los cristianos

INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA


Porque yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía". Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía". Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
1Co 11,23-26 La Eucaristía es tradición recibida. No se trata de una celebración individual donde cada uno hace lo que quiere, sino de una tradición recibida del Señor a través de la Iglesia. Este camino de la tradición del Señor a través de las generaciones cristianas es el que hace posible la renovación de la cena y la pasión del Señor en todos los momentos de la historia. Es un camino de ida en la historia que hace posible la vuelta, el recuerdo vivo y presente del sacrificio del Señor.
La Eucaristía es sacrificio memorial. Es sacrificio pues la sangre es símbolo de la nueva alianza realizada en la cruz del Señor. Es también memorial, no simple recuerdo: La acción litúrgica realiza verdaderamente la salvación. El pasado (la cruz del Señor) se hace accesible en el presente (la vida de la Iglesia) por medio de la celebración. En la celebración tenemos, pues, el memorial y el símbolo de la muerte del Señor. La Eucaristía nos da el ejemplo de la entrega de Cristo para hacerlo realidad en nuestra vida. Finalmente la Eucaristía es anuncio de la muerte del Señor hasta que vuelva. El Señor presente en la Eucaristía es ya un anticipo ante el mundo de lo que será la culminación de la obra salvadora de Dios.

EL LAVATORIO DE LOS PIES



Es un gesto propio de esta celebración que queda resaltado por la liturgia. En él tenemos el resumen de todo lo que significa el Jueves Santo. Con la narración del lavatorio de los pies y su realización la liturgia nos transmite el sentido más profundo de la Eucaristía. Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: -¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.

Jn 13,12-15 El lavatorio de los pies, acción humillante y propia de esclavos, es el símbolo de la persona de Jesús y su actuación, de su entrega radical que incluye la Eucaristía. Cristo es el sacramento primordial y la eucaristía es la revelación de Cristo y de su amor a los suyos hasta el extremo, así como la respuesta de éstos en la fe y en la caridad. No se trata simplemente de un ejemplo moralizante, sino del símbolo de la entrega de Cristo y de sus discípulos que es celebrada en la Eucaristía. Es el mismo Señor quien, con el pan y la copa, nos dice: "haced esto en memoria mía", y quien, como esclavo a los pies de los hermanos, nos dice "también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros". Eucaristía y fraternidad son las dos caras de una misma moneda. Celebrar la Eucaristía es, por tanto, tomar parte en la carne humillada de la entrega total del Hijo y exaltada por la obra transformadora del Espíritu, ser injertados en la vida para dar frutos de amor en el mundo.

AMOR Y SERVICIO


Hemos visto como la celebración del Jueves Santo está centrada en el amor de Cristo que se entrega por sus hermanos. La conclusión práctica de esta celebración debe ser el amor y el servicio de los cristianos.El Jueves Santo es día del amor fraterno. El sacrificio de Cristo debe comprometernos a amarnos. Es un día para examinarnos en el amor a la luz de Cristo. No se trata de buenas palabras, sino de hechos.
También en este día celebramos la institución del ministerio de la Iglesia. En los ministros ordenados Cristo quiere seguir presente en medio de su comunidad como el que parte el pan y lava los pies de los discípulos. Más allá de la limitación y pobreza de los hombres que lo realizan, en los ministros de la Iglesia reconocemos la presencia permanente de Cristo como servidor de su comunidad.

A TODOS MIS HERMANOS SACERDOTES, FELICIDADES EN ESTE DIA TAN ESPECIAL



Un hombre que vivio su sacerdocio con pasion y entrega, un verdadero pescador. A tu memoria Juan Pablo Amigo... Ejemplo de vida sacerdotal. Esta cancion refleja ese sentir de un pastor amigo.

JUEVES SANTO DIA DEL SACERDOTE

EL SACERDOTE OTRO CRISTO
Hace mas de dos mil años Jesus eligio a doce hombres, escogidos no por meritos sino por conforme a su amor y a su bondad, y el dijo "Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre"... Esos doce hombres estan represandos ahora en la persona del sacerdote, quizas los sacerdotes no seamos lo mejores, pero asi nos elgio el para ese ministerio. Desde mi experiencia pienso mi llamado, como el llamado de muchos de mis hermanos sacerdotes es un misterio que nunca terminaremos de entender, porque creo que hay hombres mejores que yo y me eligio a mi. "Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados" -Hebreos 5,1


Sacerdote del Señor ungidas tienes las manos en ellas llevas a Dios pan divino y soberano, manos consagradas y ungidas para santificar, para hacer cada dia el milagro de la Eucaristia. Hombres de valor, entregados y llamados a la causa de la salvacion.


Que es un sacerdote:
Ser sacerdote es: Vivir en medio del mundo sin ambicionar sus placeres, ser miembro de cada familia, sin pertenecer a ninguna; compartir todos los sufrimientos, penetrar todos los secretos, perdonar todas las ofensas, ir del hombre a Dios y ofrecer a El sus oraciones, regresar de Dios al hombre para traer perdón y esperanza, tener un corazón de fuego para la caridad, y un corazón de bronce para la castidad; enseñar y perdonar, consolary bendecir siempre, Dios mío,qué vida! Y esa es la tuya,oh sacerdote de Jesucristo!

EN ESTE DIA OFRESCAMOS UNA ORACION POR NUESTROS SACERDOTES
ORACION POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES
OH Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierrala obra divina de salvar a las almasprotege a tus sacerdotes (especialmente a: Padre Hoyos, Padre Kevin y Padre Jose Vu mis amigos y hermanos) en el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN.Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS,que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO,y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE.Haz que se preserven puros sus Corazones,marcados con el sello sublime del SACERDOCIO, y no permitas que el espíritu del mundo los contamine.Aumenta el número de tus apóstoles,y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro.Bendice Sus trabajos y fatigas, y que como fruto de Su apostolado obtenga la salvación de muchas almasque sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén

MISA CRISMAL

MISA CRISMAL

Este dia nos reunimos todos los sacerdotes junto al obispo en la Catedral, para la bendicion de los oleos, que son los aceites que seran utilizados para la santificacion del pueblo de Dios.
- El Santo Crisma: que el obispo utilizara para las sagradas ordenaciones, y para los bautismos.
- El Oleo de los Enfermos: La administrar la extrema uncion. O el sacramento de los enfermos.
- Oleo de los Catecumenos: Con el cual se unge a los catecumenos en el sacramento del bautismo.
Este dia tambien todos los sacerdotes renovamos nuestras promesas sacerdotales, que son las promesas que hicimoes el dia de nuestra ordenacion sacerdotal. Creo que para todos los sacerdotes es volver a recordar ese gran acontesimiento del dia de nuestra ordenacion sacerdotal
El tema principal de la misa crismal es el sacerdocio. Al entregar el misterio de la eucaristía a la Iglesia, Cristo instituyó también el sacerdocio. Los textos de la misa presentan un conjunto catequético no solamente acerca del sacerdocio ministerial, sino también relativo al sacerdocio general de los fieles. En la antífona de entrada, la asamblea aclama: "Jesucristo nos ha convertido en un reino, y hecho sacerdotes de Dios, su Padre".
Todo sacerdocio es una participación del sacerdocio único de Cristo. El es nuestro mediador y sumo sacerdote, y su unción viene del Espíritu Santo. Así se desprende de la lectura de Isaías (61,1-3.6.8-9) y del evangelio de Lucas (4,16-21), donde el Señor cita y se aplica a si mismo los textos proféticos: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido".
La liturgia de jueves santo en la catedral se aproxima mucho a este ideal. En ella tenemos al obispo, jefe de la Iglesia local, rodeado por sacerdotes de todas las parroquias de su diócesis y representantes de los religiosos. El obispo concelebra con sus sacerdotes como señal de unidad y fraternidad, y es asistido por ellos en la consagración de los óleos. Los diáconos y otros ministros también están presentes y tienen parte activa en la celebración.
Como expresión visible de la Iglesia jerárquica, es una ocasión única; y más si están presentes también en ella un buen número de fieles. La asistencia y participación de los seglares es muy de desear, porque la Iglesia no está completa si no incluye esta parte del pueblo de Dios.

sábado, 15 de marzo de 2008

UNA SEMANA PARA REFLEXIONAR EN EL AMOR DE JESUS, NADIE TE AMA COMO EL

DOMINGO DE RAMOS

LA ENTRADA TRIUNFAL DE JESUS EN JERUSALEN
El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Marcos.En este día, se entrecruzan las dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración: la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la iglesia madre de la ciudad santa, que se convierte en mimesis, imitación de los que Jesús hizo en Jerusalén, y la austera memoria - anamnesis - de la pasión que marcaba la liturgia de Roma. Liturgia de Jerusalén y de Roma, juntas en nuestra celebración. Con una evocación que no puede dejar de ser actualizada. Vamos con el pensamiento a Jerusalén, subimos al Monte de los olivos para recalar en la capilla de Betfagé, que nos recuerda el gesto de Jesús, gesto profético, que entra como Rey pacífico, Mesías aclamado primero y condenado después, para cumplir en todo las profecías. .Por un momento la gente revivió la esperanza de tener ya consigo, de forma abierta y sin subterfugios aquel que venía en el nombre del Señor. Al menos así lo entendieron los más sencillos, los discípulos y gente que acompañó a Jesús, como un Rey. San Lucas no habla de olivos ni palmas, sino de gente que iba alfombrando el camino con sus vestidos, como se recibe a un Rey, gente que gritaba: "Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto". Palabras con una extraña evocación de las mismas que anunciaron el nacimiento del Señor en Belén a los más humildes. Jerusalén, desde el siglo IV, en el esplendor de su vida litúrgica celebraba este momento con una procesión multitudinaria. Y la cosa gustó tanto a los peregrinos que occidente dejó plasmada en esta procesión de ramos una de las más bellas celebraciones de la Semana Santa. Con la liturgia de Roma, por otro lado, entramos en la Pasión y anticipamos la proclamación del misterio, con un gran contraste entre el camino triunfante del Cristo del Domingo de Ramos y el Viacrucis de los días santos. Sin embargo, son las últimas palabras de Jesús en el madero la nueva semilla que debe empujar el remo evangelizador de la Iglesia en el mundo. "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Este es el evangelio, esta la nueva noticia, el contenido de la nueva evangelización. Desde una paradoja este mundo que parece tan autónomo, necesita que se le anuncie el misterio de la debilidad de nuestro Dios en la que se demuestra el culmen de su amor. Como lo anunciaron los primeros cristianos con estas narraciones largas y detallistas de la pasión de Jesús. Era el anuncio del amor de un Dios que baja con nosotros hasta el abismo de lo que no tiene sentido, del pecado y de la muerte, del absurdo grito de Jesús en su abandono y en su confianza extrema. Era un anuncio al mundo pagano tanto más realista cuanto con él se podía medir la fuerza de la Resurrección. La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.

viernes, 7 de marzo de 2008

V DOMINGO DE CUARESMA

EL PODER DE DIOS
En las lecturas que escucharemos este domingo encontramos una promesa de salvación por parte de Dios en favor del pueblo de Israel, primera lectura; y en el evangelio, se nos narra la resurrección de Lazazo, descubrimos l0s inicios del cumplimiento de esa promesa en favor no solo del pueblo de Israel sino de toda la humanidad, nos dice Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida: él cree en mi, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre” (Jn 11,25-26). Pero, para que esa promesa de salvación de Dios se realice en nuestro tiempo, en mi vida, en la vida de mi familia, de mi comunidad, de la Iglesia y de toda la humanidad. Dios ha querido necesitar de mi colaboración, lo ha dicho uno de los santos más grandes de nuestra Iglesia, San Agustín: “Dios que te creo sin ti, necesita de ti, para salvarte”. Por el pecado nos alejamos con mucha facilidad de los caminos de Dios, y a veces, creemos que el regreso hacia él se nos hará fácil pero, eso, es una pura mentira; que podemos regresar a Dios después de haberlo abandonado, es completamente cierto; que Dios nos está esperando siempre con los brazos abiertos para perdonarnos, también es verdad; pero que vamos a manteneros en sus caminos sin tener que luchar todos los días, o que no vamos a sufrir si nos apartamos de él, es totalmente falso. San Pablo nos advierte en este domingo que “los que están en la carne no pueden agradar a Dios” (Rm 8,8). Con la palabra carne, San Pablo se refiere a todo aquello que conduce a la persona a vivir en el pecado, y por lo tanto, ha ofender a Dios. Y fue precisamente esta desobediencia del pueblo de Israel para con Dios, lo que llevó a que él permitiera que Nabucodonosor, rey de Babilonia, subiera a Jerusalén, invadiera la ciudad, saqueara el templo, y “deportara a todo Jerusalén, todos los jefes y los notables, diez mil deportados” (2 Rey 24, 14). Y toda esta gente tuvo que sufrir muchísimo por un largo tiempo pero, después de todo, cuando Dios vio que el sufrimiento los había hecho comprender la maldad de su pecado, él mismo envió al profeta Ezequiel para que infundiera fe y esperanzas en su pueblo, diciéndoles de parte suya: “Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel” (Ez 37,12). Alejarse de Dios y no entender de ninguna manera la gravedad de nuestros pecados tiene sus consecuencias graves en la vida. Sucedió este sábado de la semana pasada, por la noche, seis jóvenes salieron borrachos de un baile, se subieron al mismo vehículo, y se accidentaron, dos quedaron golpeados de gravedad, tres sacaron golpes leves pero uno de ellos, murió en el instante, y éste pobre no tiene a ningún familiar en este país, así que, mientras algunas personas andan pidiendo dinero para poder enviarlo a su familia en México, su cuerpo está congelado en una morgue. El evangelio de San Juan nos dice que: “Dios ha enviado su Hijo al mundo no para juzgarnos sino para salvarnos” (Jn 3,17), para sacarnos de cualquier sepulcro en el que podamos haber caído por nuestros pecados, y eso es lo que Jesús nos enseña al resucitar a su amigo Lázaro. Hermanas y hermanos, ¿Cómo está viviendo usted estos días de Cuaresma? ¿Está logrando descubrir el inmenso amor que Dios le tiene? ¿Se está dando cuenta de que es necesario que usted colabore con el Señor, renunciando al pecado, para que la salvación de Dios se realice en su propia vida?

IV DOMINGO DE CUARESMA

¿QUE QUIERE DECIR SER CRISTIANOS? CRECER CON CRISTO.
Las lecturas de este domingo nos presentan dos historias muy interesantes, una, es la elección de David para que sea rey de Israel, y la otra, en el Evangelio, es la curación de un ciego de nacimiento por parte de Nuestro Señor. Dios rechaza a Saúl como rey de Israel porque se ha portado mal, y le ordena al profeta Samuel que vaya a Belén, a la casa de Jesé, y que él le manifestara a cual de los hijos de Jesé ha escogido para que sea el rey de Israel. Samuel tiene miedo y le dice al Señor: “me va ha matar Saúl, si sabe que yo ando buscando otro rey”. Pero Dios le aconseja como tiene que hacer para que el rey no se entere. Cuando Samuel llegó a la casa de Jesé, le dijo: “Muéstrame a tus hijos”. Y al ver a Eliab, pensó: “seguro, el Señor tiene delante a su ungido”. Pero el Señor le dijo: “No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón”. Y fueron pasando los otros hijos de Jesé y cuando acabaron de pasar y Samuel no encuentra la inspiración de Dios en ninguno de ellos, le dice a Jesé: "¿Ya no hay más muchachos?" "Sí -le dice Jesé- falta el más chiquito, está cuidando el rebaño". "Llámalo, -le dice el profeta- que no comeremos hasta que venga. Y cuando llega David a la casa, el Señor le dice a Samuel: “Anda, úngelo, porque es éste”. Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espíritu del Señor, y estuvo con él en adelante”. La elección de David como rey de Israel no fue algo que sucediera de la noche a la mañana, sino que Dios lo había planificado desde siempre: “Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, ya antes que nacieses, te tenia consagrado” (Jr 1, 5). Y usted ya sabe que después David, cuando era rey, hizo cosas desagradables a los ojos de Dios pero, Dios sabia todo eso con anticipación, y sin embargo, escogió ha este hombre para hacer cosas grandes con él, y las hizo, mientras David se mantuvo fiel a sus mandatos. Hermanos y hermanas, ¿adonde queremos llegar ahora con nuestra reflexión? Queremos que entienda que Dios le ha escogido, que le ha consagrado, y que él quiere hacer cosas grandes con usted. A entender esto, nos ayuda la Iglesia, cuando nos dice: “Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. Los bautizados se han "revestido de Cristo" (Gal 3,27). La unción con el santo crisma, significa el don del Espíritu Santo al nuevo bautizado. Ha llegado a ser un cristiano, es decir, "ungido" por el Espíritu Santo, incorporado a Cristo, que es ungido sacerdote, profeta y rey” (Catecismo de la Iglesia Católica, n.1213, 1227, 1241). Por el Bautismo nos hemos convertido en hijos e hijas de Dios, nos hemos revestido de Cristo transformándonos en sacerdotes, profetas y reyes, y nos hemos hecho miembros de la Iglesia. Esto es lo que somos, pero, el problema es que muchas veces no acabamos de entenderlo, por esa razón, nos volvemos incapaces de creer todo lo que Dios tiene para cada uno de nosotros. Por eso muchos cristianos viven como gente que ha perdido el juicio, sin poner atención en serio a la voluntad de Dios sobre sus vidas. La cuaresma es un tiempo para despertar, es el momento oportuno para permitirle al Hijo de Dios que abra nuestros ojos como lo hizo con el ciego aquel ciego de nacimiento, del que nos hablara hoy el Evangelio.

jueves, 21 de febrero de 2008

III DOMINGO DE CUARESMA

LA LIBERACION DE DIOS.
Las lecturas de este tercer domingo de Cuaresma nos hablan de la liberación de Dios en favor de su pueblo, Israel. Y San Pablo nos dice que Cristo “murió por los impíos, por todos los pecadores” (Rm 5, 6), y no sólo por el pueblo de Israel. El mismo Jesús nos ofrece la señal de que él había venido para salvarnos a todos, sin importar el pueblo al que pertenezcamos; la mujer con la que él habla en el Evangelio de hoy, no era israelita sino samaritana. El pueblo de Israel había vivido cuatrocientos setenta años como esclavos bajo el dominio de los egipcios, y lo peor de todo, es que aparentemente Dios se había olvidado de ellos pero, eso no era cierto. Y en los últimos años de toda aquella terrible situación, el Faraón, dándose cuenta de que los israelitas estaban multiplicándose demasiado, ordenó que cuando naciera una criatura israelita, si era niño había que asesinarlo; solo si era niña había que dejarla con vida. En esos días nació Moisés, y su mamá después de tenerlo unos cuantos días escondido, decidió finalmente ponerlo en un canasto y lo dejó ir en un río pero, la hija del Faraón lo encontró y sintió lastima de aquella criatura. Buscó una mujer israelita para que se lo cuidase, que por cierto fue la misma mama de Moisés. Cuando él fue grande vivió en el palacio del Faraón. Todos sabemos que Moisés tuvo que huir después del palacio porque un día mató a un egipcio que estaba golpeando a un israelita; vivió en tierra extranjera, se casó y comenzó a tener hijos con su esposa, cuando de repente, un día Dios le habló desde una zarza, y le dijo: “He visto y oído los sufrimientos de mi pueblo, y decidido liberarlo del dominio del Faraón, y serás tú quien debe de presentarse ante el Faraón para decirle que deje salir a mi pueblo”. Después de muchos intentos y pruebas, finalmente el Faraón permitió que los israelitas salieran de su país pero, cuando van por el camino, intentó alcanzarlos y darles muertes a todos pero, fueron todos los soldados egipcios quienes murieron en medio de las aguas del mar. Después de este acontecimiento y mientras el pueblo de Israel caminaba por el desierto, se les terminó la comida y el agua, y protestaron en contra de Moisés y de Dios; de eso nos habla la primera lectura de hoy. Pero ¿cómo se explica que esta gente habiendo visto tantas maravillas de parte de Dios creyesen luego, que él los iba a dejar morir de hambre y de sed en el desierto? Lo que debemos de entender nosotros ahora es que: no estamos solos, Dios no nos ha abandonado; que el Dios del pueblo de Israel es el mismo Dios de nosotros, y que la liberación de cualquier esclavitud, sin importar del tipo que sea, nos viene únicamente de Dios y no de ningún hombre. Moisés asesinó a un israelita pensando que de esa manera liberaría a su pueblo de la esclavitud pero, fue “en el desierto en donde tuvo que aprender que no es la fuerza de los puños, ni el poder de las armas lo que cambia las estructuras de pecado. En el desierto Dios le enseñó a Moisés cómo se guía a los hombres, no empujándoles con la vara por detrás, sino mostrándoles el camino por delante” (P. Juan Rivas, L.C, Lideres y Dirigentes, p. 82). ¿Cuáles son las esclavitudes materiales que nos oprimen hoy en día a nosotros? Muchísimas, ¿nos liberaremos de ellas, si primero, no nos liberamos de la esclavitud del pecado? No. Y por eso, “no habrá un continente nuevo sin hombres nuevos, que a la luz del Evangelio sepan ser verdaderamente libres y responsables” (Medellín, 1,3).


La liberación interior
“La cuaresma es una temporada para ver dentro de nuestros corazones, ver como permanecen las tendencias al pecado en nosotros para toda la vida”. Ver hacia adentro de nosotros mismos no es nada fácil, a veces quizás nos puede dar hasta miedo; por eso, muchos cristianos prefieren mejor vivir una vida de apariencias, pensando que están bien pero en realidad no lo están. Esta historia me la contó un señor, me dijo: “hace poco fui a comer con mi hijo pequeño a un restaurante, y estando ahí él tuvo deseos de ir al baño, y yo lo acompañé. Cuando terminó de hacer sus necesidades me dijo: “Papi, fijate que el cuarto del baño se ve bien limpio pero tiene un olor bien feo”. Entramos juntos para observar, y efectivamente parecía muy bien limpio y ordenado todo pero, se sentía el olor feo que mi hijo me había dicho. Observamos por un lado y otro, y descubrimos que en un rincón habían depositada un poco de basura que estaba hasta podrida, y a un ladito, estaba también un desodorante ambiental, con el que perfumaban aquel cuarto para que a primera vista oliera agradable. Salimos inmediatamente mi hijo y yo de aquel baño, y llame al jefe del restaurante para viese lo que tenían guardado en el baño sus empleados. Nosotros nos fuimos a comer a otro lugar”. Los pecados, lo mismo que la basura, si no se limpian y se tiran ha tiempo, poco a poco comienzan a corromper la vida del cristiano, y cuando eso sucede, el veneno del mal olor contamina no solo la propia vida sino también la vida de aquellos que le rodean: hijos, esposa, esposo, familiares, vecinos; Y “si alguien tiene sano el olfato del alma, sentirá cómo hieden los pecados” (San Agustín, Comentario sobre el salmo 37). ¿Y cuales son esos pecados que envenenan y pueden destruir para siempre nuestra vida? son muchos pero, todos ellos nacen en lo que la Iglesia llama pecados capitales, que son: “soberbia, avaricia, envidia, ira, lujuria, gula y pereza; y se les llama pecados capitales porque generan otros pecados, otros vicios. El pecado crea una facilidad para el pecado, engendra el vicio por la repetición de actos. De ahí resultan inclinaciones desviadas que oscurecen la conciencia y corrompen la valoración concreta del bien y del mal. Así el pecado tiende a reproducirse y a reforzarse” (Catecismo de la Iglesia, n. 1865, 1866). “El pecado es, ante todo, ofensa a Dios, ruptura de la comunión con él. Al mismo tiempo, atenta contra la comunión con la Iglesia. Por eso la conversión implica a la vez el perdón de Dios y la reconciliación con la Iglesia, que es lo que expresa y realiza litúrgicamente el sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación” (Catecismo de la Iglesia, n. 1440). Hermanos y hermanas, nuestra conversión no es una tarea fácil pero, por ser difícil, tampoco es algo que debemos de posponerla para mañana porque el mañana, simplemente, no existe; es ahora que debemos de iniciar nuestro caminar con el Señor.

Una canción para mis amigos que estan perdiendo la fe.... Dios nos ama..

sábado, 16 de febrero de 2008

II DOMINGO DE CUARESMA

LA TRANSFIGURACION DE JESUS EN EL MONTE TABOR
“A partir del día en que Pedro confesó que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, el Maestro "comenzó a mostrar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén, y sufrir... y ser condenado a muerte y resucitar al tercer día" (Mt 16, 21): Pedro rechazó este anuncio (Mt 16, 22-23), los otros no lo comprendieron mejor (Mt 17, 23; Lc 9, 45). En este contexto se sitúa el episodio misterioso de la Transfiguración de Jesús sobre una montaña, ante tres testigos elegidos por él: Pedro, Santiago y Juan. El rostro y los vestidos de Jesús se pusieron fulgurantes como la luz, Moisés y Elías aparecieron y le "hablaban de su partida, que estaba para cumplirse en Jerusalén" (Lc 9, 31). Una nube les cubrió y se oyó una voz desde el cielo que decía: "Este es mi Hijo, mi elegido; escuchadle" (Lc 9, 35). (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 554). La Transfiguración del Señor que celebraremos este domingo, fue un acontecimiento de mucha importancia en la vida de los apóstoles, y especialmente en la vida de quienes fueron los testigos directos de este hecho. Los apóstoles no habían entendido del todo el mensaje de Nuestro Señor, no entendían que él “debía de ser entregado en manos de los hombres, que le matarían, y que al tercer día resucitaría” (Mt 17,22-23). Y no entendían esto porque ellos, hasta que no reciben el Espíritu Santo, continúan razonando de manera humana y no a la manera de Dios: “Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: ¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso! (Mt 16,22). Y era necesario que los apóstoles entendieran bien quien era Jesús, que entendieran cual era su misión y que creyeran en él; y para ayudarles a comprender toda esta gran verdad es que el Señor quiso mostrarles algo de su gloria y de la felicidad del cielo, por lo menos a tres de ellos. Aun así, no acababan de entender quien era Jesús y cual era su misión; por eso, cuando San Pedro se vio rodeado de gloria le dice a Jesús: “Señor, que bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías” (Mt 17,4). Lógicamente, el apóstol Pedro “no sabia lo que estaba diciendo en aquel momento” (Lc 9,33). Pero la experiencia de la transfiguración del Señor marcó para siempre su vida y la vida de los demás apóstoles; por eso, después de algún tiempo de aquel acontecimiento, San Pedro le dirá a los recién convertidos al cristianismo: “Nosotros mismos escuchamos esta voz, venida del cielo, estando con él en el monte santo” (1 Ped 1,18). Nadie puede hablar con autoridad sobre algo sino aquellos que han tenido una experiencia de lo que están hablando, y los apóstoles habían experimentado ha Dios, ellos habían estado con Jesús y por eso hablaban, y nos siguen hablando hoy a nosotros después de dos mil años. ¿Existe en su vida alguna experiencia con el Señor, algún momento en el que usted haya descubierto claramente la presencia de Dios?

La transfiguración de Nuestro Señor, es motivo de esperanza para todos los que creemos en El.
En su carta encíclica sobre la Esperanza cristiana, el Papa Benedicto XVI, nos dice que: “El cielo no está vacío. La vida no es el simple producto de las leyes y de la casualidad de la materia, sino que en todo, y al mismo tiempo por encima de todo, hay una voluntad personal, hay un Espíritu que en Jesús se ha revelado como Amor” (Spe Salvi, n.5). Por eso, nos dice también el Papa: “quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin esperanza, sin la gran esperanza que sostiene toda la vida (Ef 2,12). La verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando « hasta el extremo », « hasta el total cumplimiento » (Jn 13,1; 19,30). Quien ha sido tocado por el amor empieza a intuir lo que sería propiamente « vida »” (Spe Salvi, n.27). Cualquier cristiano que analice con detenimiento la situación social, económica, y política de nuestro país puede acabar decepcionándose fácilmente, y puede llegar a creer que aquí existen muy pocas esperanzas de que las cosas puedan ser diferentes, ¿Cómo se puede tener esperanzas en un país donde no se respeta ni siquiera la vida de los niños? a diario mueren niños de forma violenta en nuestro país, y ya no digamos adultos. La gente sigue yéndose todos los días para Estados Unidos, y eso, aunque se diga que el camino esta cada vez mas difícil. Mientras tanto, nosotros seguimos hablando de Dios pero, ¿no nos habremos equivocado al creer en Jesucristo? Claro que no, El es nuestra única esperanza, la Esperanza que no defrauda ha nadie. Dios no defraudó a Abrahán, que en su vejez, le prometió que haría de él un pueblo muy numeroso y que le daría una tierra que manaría leche y miel. En la transfiguración de Jesús, se aparecieron Moisés y Elías, como testigos de la felicidad que espera a todos aquellos, hombres y mujeres, que crean y sirvan fielmente a los intereses de Dios mientras viven en este mundo. Convencido de esta gran verdad es que el apóstol San Pablo le dice a su discípulo Timoteo en la Segunda lectura: “Querido hermano: Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según las fuerzas que Dios te dé” (2 Tim 1,8). Esto es lo que nos sigue haciendo falta a todos los cristianos en el mundo entero: comprender que Jesucristo es nuestra única esperanza, entender que él es la Esperanza que no defrauda a nadie, y comprometernos en serio en los trabajos del Evangelio, esto significa también de que hemos de estar dispuestos a dejar que la gracia de Dios convierta nuestras vida de todo aquello que nos separa del Señor.

PARA MIS HERMANOS SACERDOTES, SONRIAMOS POR FAVOR

miércoles, 13 de febrero de 2008

TODOS LOS DIAS SON PARA EXPRESAR AMOR Y AMISTAD

Todos los años en el mes de febrero se celebra el mes del amor y la amistad, y en muchos lugares se toman muy en serio esta celebración, dedican este mes para hablar de del amor, pero es un amor pasajero, interesado hasta cierto punto y con un tinte erótico bien remarcado; según la sociedad consumista se celebra mediante el intercambio de notas de amor conocidas como "valentines", representados por la forma simbólica del corazón y Cupido que resulta ser un personaje de la mitología pagana de la época de los romanos, se le llama el dios del amor, Se le adjudica la creación de amores y pasiones entre los mortales y suele ser representado por un niño alado, parecido a un angelito, Cupido resulta ser el dios de los enamorados, creando de esta manera un balance entre el amor y la tragedia, que no tiene nada que ver con el amor sublime que construye y trasforma el corazón de los seres humanos. Desde el siglo XIX se introdujo el intercambio de postales producidas masivamente. A esta práctica se sumó el dar otro tipo de regalos como rosas y chocolates, normalmente regalados a las mujeres por los hombres. En Estados Unidos, esta celebración también se empezó a asociar con un saludo amor platónico de "Happy Valentine's", enviado por los hombres a sus amigas -raramente a sus amigos. Claro, todo este festejo no favorece más que a las tiendas y a los fabricantes de estos productos promocionales, que sin que nos demos cuenta, hacen que los compremos, y aumentemos sus ganancias. En algunas circunstancias estos regalos se dan solo por una simple y vaga costumbre que no conduce a nada, o si conduce a algo, será sencillamente a un amor platónico sexual o una amistad sin fundamento, que si no tiene fundamento no es amistad. Mi gran pregunta es, ¿solo febrero es para hablar de amor y amistad?, ¿solo este mes es para dar regalos, tarjetas, dedicar canciones o chocolates a los seres que se quieren? o para llevar a cenar a la mujer de la cual estas enamorado?, creo que no es así, estoy convencido que fuera más fácil comunicar este amor del cual los medios hablan tanto, si tan solo conociéramos a plenitud lo que significan esas cuatro letras “amor” que es más que una tarjeta, o un mes dedicado a este tema. El amor es algo sublime salido del corazón y que nace de lo más profundo de nuestro ser. El apóstol san Pablo nos da una definición preciosa sobre este tema, y no lo hizo por ser el mes de febrero, lo hizo porque experimento y entendió lo que verdaderamente es el amor. Pablo afirma: “Si no tengo amor, no soy más que bronce que resuena o platillos que aturden. Aunque tuviera el don de profecía, penetrara todos los misterios, poseyera toda la ciencia y mi fe fuera tan grande como para cambiar de sitio las montañas, si no tengo amor, nada soy. Aunque repartiera en limosnas todos mis bienes y aunque me dejara quemar vivo, si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es comprensivo, el amor e servicial y no tiene envidia; el amor no es presumido ni se envanece; no es mal educado ni egoísta; no se irrita ni guarda rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, soporta sin límites, el amor nunca pasara.” (1Cor.13,1-8). Creo que hay una diferencia abismal entre el amor erótico del cual nos hablan los medios de comunicación social, que invitan a gastar nuestro dinero, y el amor sublime del cual habla Pablo, es la entrega desinteresada del corazón, es la sinceridad y el respeto profundo que se dan dos personas que se aman, o que han creado una profunda y limpia amistad, que les construye mutuamente y les enseña a buscar ser mejores cada día; nunca he logrado entender porque muchos seres humanos no son capaces de llevar y construir una amistad sin intereses, ni envidias, ni engaños, o sin mesclar el morbo de lo sexual en esa amistad, o porque, muchos no pueden entender la amistad de dos personas, ya sean del mismo sexo o de sexos diferentes, alguien me dijo un día, que amigos no existían, lo único que existían eran personas que nos ayudaban a matar el tiempo, pero no amigos; le respondí que yo sí creo en la amistad y en el amor de una verdadera amistad, lo que sucede le dije, es que si tú no eres sincero con tu amistad, si tú no eres amigo verdadero, no serás capaz de construir amigos, entonces le invito a ser amigo sincero, y quiero recordarle que el día del amor verdadero y de la amistad verdadera, es hoy, no solo el 14 de febrero, es cada día que usted se atreve a amar con un corazón desinteresado y con la verdad como testigo, es un día para celebrar, demuestre amor a su pareja todos los días. Digale todos los días lo mucho que usted lo quiere o la quiere o lo importante que es para usted. Que Dios le bendiga y atrévase a amar de verdad, hoy.

viernes, 8 de febrero de 2008

I DOMINGO DE CUARESMA

LAS TENTACIONES DE JESUS

- El Diablo, enemigo de Dios, y enemigo nuestro
El mismo Espíritu que identificó a Jesús en el momento de su Bautismo es el que lo conduce después al desierto para orar, y para ser tentado por el diablo. El Evangelio nos dice que Jesús, “pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final sintió hambre. Entonces se le acerco el tentador y le dijo: “Si tú eres el Hijo de Dios…” (Mt 4,2). Esto podría entenderse como si el demonio no conociese a Nuestro Señor pero, eso no es cierto pues, el diablo sabía muy bien quien era Jesús, sino nunca le hubiese gritado: “¿Qué tenemos nosotros contigo Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?” (Mt 8,28). El Diablo conocía que el plan de Nuestro Señor era salvarnos a todos los seres humanos de la esclavitud del pecado en la que él nos había hecho caer, mucho tiempo antes, cuando engañó ha Eva y Adán, y les hizo desobedecer a Dios. Satanás es un ser real y concreto, creado bueno por Dios pero, que por su pecado se apartó de Dios y se convirtió en un ser malo. El es el señor del mundo del pecado, de la muerte, de la discordia, de la desgracia, del odio, de la perversión, de todo lo absurdo y malo que hay en el mundo; y su misión es sembrar siempre la confusión en la vida de los hijos e hijas de Dios, “suponed, por ejemplo, que sobre las calles de una gran ciudad cayera de repente la oscuridad; puede imaginarse usted, sin que nadie se lo cuente, todo el ruido y el clamor que se produciría. Gente, carros y animales corriendo todos al mismo tiempo. El espíritu maligno que actúa sobre los hijos de la incredulidad, el dios de este mundo, como dice San Pablo, ha cegado los ojos de los que no creen, y he aquí que se hayan forzados a reñir y discutir porque han perdido su camino; y pelean unos con otros, diciendo uno esto y otro aquello, porque no ven” (Cardenal John Henry Newman, Sermón para el II domingo de Cuaresma: Mundo y pecado). Nadie puede ver, tocar o medir la presencia del calor o del frío, sin embargo, podemos sentir su efecto: el calor o el frío de manera exagerada, desesperan, y pueden incluso, acabar con la vida de cualquier persona. Lo mismo sucede con la presencia del Demonio en el mundo, a él no lo podemos ver directamente pero, si podemos descubrir su presencia a través de todo el mal que existe: ¿Por obra de quien será que muchas veces reina el egoísmo, la envidia, la división, e incluso, el odio en nuestras familias? ¿Quién será el que ha segado la mente de muchísimos cristianos en el mundo para que vivan pecando sin pensar que tarde o temprano tendrán que darle cuenta a Dios de sus vidas? ¿Quién será el maestro que está haciendo que millones de mujeres en el mundo estén dispuestas a asesinar, por una u otra razón, a una criatura en su propio vientre? ¿Quién será el que ha hecho que muchísimos padres de familias en nuestras comunidades, no quieran tomarse en serio la educación cristiana de sus propios hijos? ¿Quién es el que esta haciendo que miles de jóvenes en nuestro país desprecien su vida y, estén dispuestos a morir, simple y sencillamente por pertenecer a una pandilla? Es el mismo tipo: El demonio. Por esta razón es que el propio San Pedro nos dijo: “Estad atentos y velad, que vuestro enemigo, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando ha quien devorar” (1 Ped 5,8). “Sin embargo, el poder de Satán no es infinito. No es más que una criatura, poderosa por el hecho de ser un espíritu puro, siempre criatura; no puede impedir la edificación del Reino de Dios. Aunque Satán actúe en el mundo por odio contra Dios y su Reino en Jesucristo, y aunque su actuación cause graves daños-de naturaleza espiritual e indirectamente incluso de naturaleza física- en cada hombre y en la sociedad, esta acción es permitida por la Divina Providencia, que con fuerza y dulzura dirige la historia del hombre y del mundo. El que Dios permita la actividad diabólica es un gran misterio, pero “nosotros sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman” (Rm 8,28) (Catecismo de la Iglesia Católica, n.395).
Para dialogar:
-
El Demonio esta presente en todas partes, nos ronda a cada uno y a cada una, él no descansa ni de día ni de noche, y su trabajo es conocernos a cada una y a cada uno, conocer nuestras partes débiles, para luego atacarnos con toda la fuerza que le es posible por medio de la tentación, con el objetivo de hacernos pecar, y separarnos de Dios, si es posible, para siempre. ¿Entiende usted entonces, por que la Iglesia nos ha recomendado siempre que oremos sin desfallecer, el ayuno, la limosna, y la mortificación voluntaria?
- ¿Cree usted que podemos vencer el poder del demonio en nuestras vidas si no queremos hacer uso de los medios que la Iglesia nos propone? ¿Cómo ha planeado usted vivir esta Cuaresma?

miércoles, 6 de febrero de 2008

MIERCOLES DE CENIZA


Que significa la Imposicion de la ceniza

La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.
La Cuaresma comienza con el miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.
Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:
· “Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”
· “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"
· “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.

Origen de la costumbre
Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno. La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.
Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le impone a los niños y a los adultos.

Significado del carnaval al inicio de la Cuaresma
La palabra carnaval significa adiós a la carne y su origen se remonta a los tiempos antiguos en los que por falta de métodos de refrigeración adecuados, los cristianos tenían la necesidad de acabar, antes de que empezara la Cuaresma, con todos los productos que no se podían consumir durante ese período (no sólo carne, sino también leche, huevo, etc.)
Con este pretexto, en muchas localidades se organizaban el martes anterior al miércoles de ceniza, fiestas populares llamadas carnavales en los que se consumían todos los productos que se podrían echar a perder durante la cuaresma.Muy pronto empezó a degenerar el sentido del carnaval, convirtiéndose en un pretexto para organizar grandes comilonas y para realizar también todos los actos de los cuales se "arrepentirían" durante la cuaresma, enmarcados por una serie de festejos y desfiles en los que se exaltan los placeres de la carne de forma exagerada, tal como sigue sucediendo en la actualidad en los carnavales de algunas ciudades, como en Río de Janeiro o Nuevo Orleans.

El ayuno y la abstinencia
El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

La oración
La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad.

Para que nuestra oración tenga frutos, debemos evitar lo siguiente:
La hipocresía: Jesús no quiere que oremos para que los demás nos vean llamando la atención con nuestra actitud exterior. Lo que importa es nuestra actitud interior. La disipación: Esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios.
La multitud de palabras: Esto quiere decir que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria sino de escuchar a Dios. La oración es conformarnos con Él; nuestros deseos, nuestras intenciones y nuestras necesidades. Por eso no necesitamos decirle muchas cosas. La sinceridad que usemos debe salir de lo profundo de nuestro corazón porque a Dios no se le puede engañar.

El sacrificio
Al hacer sacrificios (cuyo significado es "hacer sagradas las cosas"), debemos hacerlos con alegría, ya que es por amor a Dios. Si no lo hacemos así, causaremos lástima y compasión y perderemos la recompensa de la felicidad eterna. Dios es el que ve nuestro sacrificio desde el cielo y es el que nos va a recompensar. “Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tú cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino Tu Padre, que está en lo secreto: y tu padre que ve en lo secreto, te recompensará. “ (Mt 6,6)”