jueves, 7 de marzo de 2013

PRIMERAS CONFESIONES EN LA PARROQUIA "LA SAGRADA FAMILIA"



El sábado pasado 02 de marzo, celebramos en la parroquia “La Sagrada Familia” aquí en Dale City Virginia la celebración del  Sacramento de la Reconciliación para los niños que recibirán la primera comunión en mayo próximo. Esto quiere decir que para ellos fue su primera confesión, su primer encuentro con Jesús a través de la sacramento de la misericordia y del perdón.

Todo inicio a las 11 de la mañana en punto, el Padre Gerry  Creedon nuestro párroco, fue quien presidio el pequeño acto penitencial, aunque para ellos no fue un acto penitencial, sino una pequeña celebración para hacerles ver que no hay que tener miedo, como es sabido por todos, el padre Gerry es un hombre pacífico y tranquilo: “No deben de tener miedo a celebrar este sacramento, que nadie les va a regañar, fueron sus palabras,” ya que muchos pensaban que les iban a llamar la atención por esas pequeñas e inocentes faltas que habían comentado.

Terminado el acto penitencial, llego la hora cero, el momento de saber que pasaría, todos buscaron al sacerdote de su preferencia, con el que más se sentían cómodos para abrir su pequeño corazón. Todos nerviosos, repitiendo las oraciones y los pasos correspondientes para confesarse, lo más interesante es que a la hora de hacerlo todo se les había olvidado.

Para ellos fue un momento emotivo y especial, aunque como he dicho muchos de ellos estaban muy nerviosos pensando en que pasaría en ese momento. Es impresionante ver la inocencia de los niños al momento de hacer su primera confesión, lo sacerdotes tratamos en ese momento de hacerles entender que la confesión no es momento para que se les juzgue por lo que han hecho, sino que es un momento para aprender lo importante que somos delante de Dios. En lo particular me gusta mucho hacerles entender que sus pequeñas faltas son parte de la vida y que tenemos que trabajar para cambiarlas y convertirnos en fieles y santos hijos de Dios, hijos de Dios que de verdad vivamos en su presencia.

Cada vez que confieso a los pequeños, me animo a continuar en el ministerio, su inocencia y su forma de ver la vida, me hacen ver la bondad de Dios y sentir su presencia. Entiendo el porqué Jesús los amaba tanto, porque definitivamente de ellos es el reino de los cielos.
Bendiciones para todos
Su amigo.
P. Alex

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