domingo, 12 de abril de 2009

RESUCITO!!!!! LA TUMBA ESTA VACIA

“Jesús ha resucitado, la tumba esta vacía ”
Jn 20, 1-9

En los evangelios queda claro que ni los apóstoles ni los demás discípulos del Señor esperaban la resurrección. De ahí la sorpresa de María Magdalena, que piensa que se han llevado el cadáver de Jesús del sepulcro donde le habían colocado hace apenas tres días. Es lógico que les cueste creer esto, el impacto del viernes santo aun está fresco, su dolor y su desesperación de la cruz aun se mantienen frescos; la muerte en la cruz era un hecho irrefutable y vergonzoso, pero que a partir de este momento cambiaria definitivamente y se cambiaria en signo de victoria y de orgullo para ellos, y no se cansarían de anunciar este triunfo. Al meditar los textos, nos damos cuenta de que la sorpresa inicial y la fe posterior coinciden con nos corazón es que amaban intensamente a Jesús. El evangelio nos cuenta que la emoción y alegría eran tal que Pedro ante la noticia de Magdalena corre de manera desaforada, como un gran atleta, que nada ni nadie lo detienen, su emoción es grande, su maestro, su señor está vivo, y ese es un motivo de alegría desaforada que se convierte en un llanto que transforma y cambia a cualquier persona.
A muchos siglos de distancia y habiendo celebrado muchas veces esta solemnidad, que es la más importante del año litúrgico, se siente un sentimiento especial por querer sentir la misma emoción que sintieron los once junto con María y las demás mujeres aquel primer domingo, en aquella mañana gloriosa. La iglesia enriquece su liturgia para darle el máximo esplendor, con el signo del fuego manifestado y representado en el cirio pascual, en el agua bautismal entre otros grandes signos vividos en comunión la noche anterior en la Solemne Vigilia Pascual. El hecho de la resurrección es la proclamación del triunfo de la vida sobre la muerte, es Jesús que está vivo, que vive y ya no muere más, El, ilumina todo lo que ha sucedido hasta entonces y también ha de transfigurar con su luz toda nuestra existencia.
María Magdalena,
Pedro, Juan y los demás apóstoles cambiaron su percepción de las cosas porque se encontraron con el Señor Resucitado.
Jesús ¡Ha resucitado! La piedra del sepulcro ha sido removida, pero aún falta remover el corazón de muchos de nosotros, corazones endurecidos y temerosos tras la muerte del Señor, corazones que buscan el encierro por miedo a creer en que el está vivo.
En este segundo Domingo de Resurrección acoge a Cristo el Señor que viene a ti con el mismo saludo pascual que dirigió a sus discípulos: "La paz esté con ustedes", Él quiere suscitar en tu corazón la alegría de la Pascua, quiere remover tu corazón endurecido para que te conviertas en testigo de la resurrección ante tus hermanos.
La alegría de la Pascua la debes compartir y proclamar seguro de lo que el Señor ha derramado sobre ti: el don del Espíritu Santo "Recibe el Espíritu Santo" para que a impulso suyo puedas decir confiadamente: He experimentado la acción de Jesús en mi vida.
Cuanto agrada al señor una respuesta de fe: "Dichosos los que creen sin haber visto"; cuánto agrada al Señor una oración confiada "Señor mío y Dios mío". Cuanto agrada al Señor una comunidad unida en este día de Pascua para confesar su fe en Él, vivo y resucitado, y que llega a cada eucaristía donde los cristianos reunidos en su nombre le acogen y Jesús poniéndose en medio de la asamblea vuelve a repetir para todos "La paz esté con ustedes".
¡¡¡JESUS HÁ RECITADO ALELUYA ALELUYA!!!

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