La Iglesia celebra hoy la Conversión de, uno de los más grandes apóstoles de la Iglesia. Pablo de Tarso, un hombre extraordinario. Cuando se habla de Pablo se habla de un valiente y audaz apóstol. Nunca se imagino llegar a ser lo apóstol de Jesucristo, pues era uno de sus más fervientes enemigos, y un gran perseguidor de la de la Iglesia de Jesús. Era enemigo a muerte de los cristianos.
Pablo no era un hombre malo, solo que estaba equivocado en sus creencias. Pero quien era Pablo en realidad: Era hijo de judíos fariseos de cultura helenística y con ciudadanía romana. Fue contemporáneo de Jesucristo e incluso estuvo en Jerusalén en la misma época que él, aunque probablemente no se conocieron. Pablo tenía una sólida formación teológica, filosófica, jurídica, mercantil y lingüística (hablaba griego, latín, hebreo y arameo).
Era un hombre de gran preparación intelectual, moral y geográfica. Jesús sabe elegir a sus apóstoles, de acuerdo a sus capacidades, El necesitaba que alguien llevara el evangelio a los paganos, alguien que conociera y supiera entrar en los corazones de estos.
La primera lectura que hemos leído este día, nos cuenta el acontecimiento que cambiara la vida del apóstol. Camino a Damasco, se encuentra con Jesús quien lo interroga, y le hace entender quien es él en realidad y le entrega su nueva tarea, ser apóstol de los gentiles. Meditando en este acontecimiento del Apóstol Pablo, pienso que El y nosotros no somos muy diferentes, tenemos mucho en común, el deseo de la búsqueda de la verdad, Pablo perseguía a los cristianos porque creía que eso era la verdad, y creía que hacia lo correcto y lo mejor a matarlos. Nosotros muchas veces cometemos muchos errores creyendo que estamos haciendo el bien, y muchas veces caminamos por la vida ciegos y necios en nuestras propias formas de pensar y de actuar.
Pablo se encuentra con Jesús, y escucha el interrogatorio, ¿Porque me persigues?, a nosotros también nos puede pasar lo mismo, solo que no le damos importancia, El hombre moderno a lo que menos le da importancia es a la voz de Dios, a su llamado, a sus proyectos, vivimos metidos en nuestras propias vidas y pensamientos que no dejamos que Dios hable a nuestras vidas, Pablo vivía igual, su mundo era el perseguir a los cristianos subido en un caballo. El perseguidor es transformado en apóstol, el explicara en sus cartas que, su deseo de evangelizar viene de la misma conciencia de verse salvado por el Señor.
Jesús tiene que bajarlo, bajarlo hasta el suelo, y el mismo lo dice: “Caí por tierra y oí una voz que me decía”. Mi pregunta para nosotros es, tenemos que espera a caer por tierra en nuestros errores para entender y escuchar la voz de Dios? Tenemos que bajarnos nosotros por nuestra voluntad, bajarnos de un caballo que se llama soberbia, envidia, preocupación, odio, resentimiento, trabajo, racismo, infidelidad, entre otros.
Bajarnos y escuchar lo que Dios tiene que decirnos, esta fiesta es para meditar sobre nuestra propia conversión, sobre nuestro cambio de actitudes y de vida, porque del cambio de vida de cada uno de nosotros vendrá el cambio y la transformación social. San Pablo intercede por nosotros para que seamos evangelizadores comprometidos como tú.
Pablo no era un hombre malo, solo que estaba equivocado en sus creencias. Pero quien era Pablo en realidad: Era hijo de judíos fariseos de cultura helenística y con ciudadanía romana. Fue contemporáneo de Jesucristo e incluso estuvo en Jerusalén en la misma época que él, aunque probablemente no se conocieron. Pablo tenía una sólida formación teológica, filosófica, jurídica, mercantil y lingüística (hablaba griego, latín, hebreo y arameo).
Era un hombre de gran preparación intelectual, moral y geográfica. Jesús sabe elegir a sus apóstoles, de acuerdo a sus capacidades, El necesitaba que alguien llevara el evangelio a los paganos, alguien que conociera y supiera entrar en los corazones de estos.
La primera lectura que hemos leído este día, nos cuenta el acontecimiento que cambiara la vida del apóstol. Camino a Damasco, se encuentra con Jesús quien lo interroga, y le hace entender quien es él en realidad y le entrega su nueva tarea, ser apóstol de los gentiles. Meditando en este acontecimiento del Apóstol Pablo, pienso que El y nosotros no somos muy diferentes, tenemos mucho en común, el deseo de la búsqueda de la verdad, Pablo perseguía a los cristianos porque creía que eso era la verdad, y creía que hacia lo correcto y lo mejor a matarlos. Nosotros muchas veces cometemos muchos errores creyendo que estamos haciendo el bien, y muchas veces caminamos por la vida ciegos y necios en nuestras propias formas de pensar y de actuar.
Pablo se encuentra con Jesús, y escucha el interrogatorio, ¿Porque me persigues?, a nosotros también nos puede pasar lo mismo, solo que no le damos importancia, El hombre moderno a lo que menos le da importancia es a la voz de Dios, a su llamado, a sus proyectos, vivimos metidos en nuestras propias vidas y pensamientos que no dejamos que Dios hable a nuestras vidas, Pablo vivía igual, su mundo era el perseguir a los cristianos subido en un caballo. El perseguidor es transformado en apóstol, el explicara en sus cartas que, su deseo de evangelizar viene de la misma conciencia de verse salvado por el Señor.
Jesús tiene que bajarlo, bajarlo hasta el suelo, y el mismo lo dice: “Caí por tierra y oí una voz que me decía”. Mi pregunta para nosotros es, tenemos que espera a caer por tierra en nuestros errores para entender y escuchar la voz de Dios? Tenemos que bajarnos nosotros por nuestra voluntad, bajarnos de un caballo que se llama soberbia, envidia, preocupación, odio, resentimiento, trabajo, racismo, infidelidad, entre otros.
Bajarnos y escuchar lo que Dios tiene que decirnos, esta fiesta es para meditar sobre nuestra propia conversión, sobre nuestro cambio de actitudes y de vida, porque del cambio de vida de cada uno de nosotros vendrá el cambio y la transformación social. San Pablo intercede por nosotros para que seamos evangelizadores comprometidos como tú.
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